Cazando un fantasma: la ruta de 100 cadáveres que llegan a la costa de Japón cada año
“El pasado lunes, una pequeña embarcación de madera apareció en una playa del noroeste de Japón. Los guardacostas encontraron ocho cuerpos en ella”, dice un noticiario de televisión.
“Los indicios hacían pensar que había salido de Corea del Norte, había chalecos salvavidas con letras coreanas, y cigarrillos de Corea del Norte… No es la primera vez que ocurre. De hecho, las embarcaciones de Corea del Norte llevan desde 2013 llegando a las costas de Japón, y el número de barcos no ha dejado de aumentar”, dice la misma voz en off.
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Al menos cuatro de estos llamados barcos fantasma aparecieron en las playas japonesas el mes pasado. Estas misteriosas muertes salieron en las noticias por todo el mundo.
Japón sospechó que esta lúgubre carga podían ser espías o desertores, perdidos y muertos literalmente de hambre en los mares tormentosos.
Además del misterio de estas muertes, me intrigó otra extraña circunstancia. En aguas Coreanas, el número de calamares se había desplomado en más de un 70 por ciento.
“El número total de calamares pescados en la provincia de Khan Wando, una especialidad regional del Mar del Este de Corea, se ha reducido a más de la mitad en diez años… El gobierno provincial de Khan Wando estima que las pérdidas económicas para los pescadores locales podrían superar los 80 millones de dólares”, informa un presentador de la cadena coreana Arirang News.
Por primera vez, y con la ayuda de una nueva y revolucionaria tecnología de seguimiento por satélite, pudimos investigar cuál era la relación entre los hombres muertos y los calamares desaparecidos.
A la caza de un fantasma
“El primer test de una bomba de hidrógeno ha concluido satisfactoriamente a las 10 en punto del día 6 de enero de 2016”, dice otra presentadora de noticias, luego de que el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, realiza seis pruebas nucleares, incluida la detonación de dicha bomba de hidrógeno.
Las Naciones Unidas responden con duras sanciones que ponen en aprietos a la economía del país.
La moneda de Corea del Norte se derrumbó después de las sanciones, y el líder norcoreano se centró en la pesca para exportar y generar divisas con las que evitar la hambruna.
De la noche a la mañana, los soldados se vieron obligados a convertirse en pescadores para impulsar esta estrategia. Muchos pensaban que los muertos que llegaban a las orillas de Japón no tenían nada que ver con desertores, sino que eran marineros desesperados por conseguir comida, con poca formación, navegando en barcos mal equipados, y adentrándose demasiado en alta mar.
El combustible se había agotado, los motores se habían parado. Una tormenta había terminado con ellos.
Todas las historias relativas a Corea del Norte son difíciles de investigar. Obtener acceso es complicado. Más complejo aún cuando implican cadáveres norcoreanos no reclamados y arrastrados hasta la costa de otros países.
“Hace tan solo cinco años, no teníamos verdaderamente ni idea de quién estaba pescando en los océanos del mundo y dónde”, asegura Christopher Costello, asesor científico del Ocean Protection Council.
Me asocié con Global Fishing Watch, una ONG de reciente creación que ha cambiado las reglas del juego.
Para nosotros, cuando un buque se pone en modo fantasma, levanta sospechas. Es una pista de que algo puede estar ocurriendo en el mar
“Nos gustaría identificar los lugares dónde los barcos apagan sus transpondedores, lo que se llama pasar a modo fantasma. Para nosotros, cuando un buque se pone en modo fantasma, levanta sospechas. Es una pista de que algo puede estar ocurriendo en el mar”, dice David Kroodsma, director de investigación e innovación de dicha ONG.
“Pero no lo sabemos porque no podemos verlo -continúa-, todo eso está cambiando ahora gracias a esta nueva tecnología de satélite. Se combinan las posiciones que mandan los GPS con las imágenes para determinar cuántos barcos no están transmitiendo su ubicación”, añade.
Para pescar calamares, no puedes quedarte a oscuras durante mucho tiempo. Los pesqueros de calamares usan unas luces muy brillantes para atraer a la superficie a los calamares.
“Si no tienen las luces encendidas, no están pescando calamares. Pero cuando están encendidas, no hay duda de que lo están haciendo, así que es un doble indicador… Nos sirve, en primer lugar, para detectarlos y en segundo, si las tienen encendidas, ya sabemos qué es lo que están pescando… Con técnicas de aprendizaje automático pudimos enseñar a la computadora a reconocer los diferentes patrones de pesca que necesitábamos distinguir”, cuenta Tony Long, director ejecutivo de Global Fishing Watch.
“Después de revisar un año de datos descubrimos que había probablemente unas mil embarcaciones pescando ilegalmente en aguas norcoreanas, contraviniendo las sanciones impuestas por la ONU”, agrega.
Buques chinos pescando en aguas norcoreanas, en clara violación de las sanciones impuestas por la ONU. En las noticias fue posible ver las consecuencias letales. Los barcos Norcoreanos, que son menos resistentes y están peor construidos que los chinos, fueron desplazados. Fueron empujados mar adentro. Ahora sabemos que estos barcos fantasma probablemente venían de este caladero en Corea del Norte.
Cuando los miembros de Global Fishing Watch hicieron ese increíble análisis de los datos en el que se demostraba el papel de China en los barcos fantasma, se pusieron en contacto con mi equipo y nos pidieron que investigáramos más, que fuésemos a navegar y viéramos los barcos directamente con nuestros ojos.
Así que fui a Corea del Sur con mi camarógrafo Fábio Nascimento, y también llevamos a Jaeyoon Park, uno de los científicos de datos de Global Fishing Watch.
Compramos nuestro pasaje en un pesquero de calamares de Corea del Sur que accedió a llevarnos hasta la ubicación clave en el mar, donde creíamos que era más probable ver barcos chinos adentrándose en aguas norcoreanas.
Estaríamos allí 36 horas. Probablemente sin dormir y pasándolo un poco mal, dependiendo de las condiciones del mar.
Las coordenadas por satélite nos llevaron hasta una localización específica. Ahora había que esperar, y resultó que no hacía falta mucho tiempo.
En fila india apareció la primera flota de barcos, todos chinos, todos de calamares.
Todos esos barcos estaban en modo fantasma, con sus transpondedores apagados. Cuando pasaron frente a nosotros, nos pusimos detrás de ellos y comenzamos a seguirlos.
Eran cuatro, todos arrastreros.
Pudimos reunir pruebas valiosas de que todos eran chinos y de que todos eran pesqueros de calamares. Colocamos un dron para ver más de cerca y tener más detalles de identificación. Entonces llamamos por radio a los barcos chinos y tratamos de establecer un contacto con ellos.
Pero no respondieron, bueno, al menos no verbalmente. Pero su mensaje quedó claro: Estaban molestos, porque los chinos nos dieron un golpe.
El ataque contra nosotros fue una muestra del estilo agresivo con el que estas flotas operan en alta marA la mañana siguiente, encontramos un segundo grupo de barcos chinos. Juntamos más pruebas sobre el tamaño de la flota, el rumbo de su travesía, y si ondeaban banderas chinas.
Estábamos tan cerca que hasta podía ver los números de las embarcaciones.
En este caso eran nueve embarcaciones.
Regresamos a Estados Unidos con una cantidad enorme de evidencias, información obtenida en el mar y de primera mano, corroborada por la inteligencia artificial y las imágenes satelitales.
Más allá de toda duda, quedaba demostrado que las gigantescas flotas de calamareros estaban rastrillando ilegalmente las aguas de Corea del Norte.
La explicación de la gran cantidad de cadáveres de norcoreanos que llegaban a las costas de Japón, y del agotamiento de los caladeros de calamares en la zona.
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China es hoy la superpotencia del océano. Tiene la mayor flota del mundo y según la ONU pesca cada año 15.2 millones de toneladas de vida marina, y el 20% de la pesca mundial de marisco.
Desde entonces he informado sobre flotas similares operando en aguas de Sudamérica, alrededor de las Galápagos y de las Malvinas, y frente a las costas de Patagonia, en aguas tan densamente pobladas por los pesqueros chinos de calamares que por la noche y vistos desde el cielo estos arrastreros parecen una ciudad de luces.