Pesca ilegal deja a la deriva a barcos camaroneros en Mazatlán, Sinaloa
El gobierno de Estados Unidos notificó a la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, la Conapesca, que a partir de este martes 19 de octubre, el camarón silvestre capturado en aguas mexicanas puede nuevamente ser exportado a ese país.
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En marzo las autoridades de ese país impusieron un embargo a este producto porque aseguraban que la flota pesquera mexicana no aplicaba adecuadamente protocolos para evitar la pesca accidental de tortugas marinas.
El camarón es un producto importante porque su valor comercial es el más alto entre todos los productos pesqueros en México; en 2019 alcanzó casi 19 mil (18,822) millones de pesos, equivalente al presupuesto de la Fiscalía General de la República y sin embargo, aunque es una buena noticia, los pescadores dicen estar enfrentando otro problema.
Pinta para ser un año muy malo, como no hay vigilancia salen pangueros (pescadores clandestinos) y se acaban todo el camarón, cuando salimos los barcos, ya es muy poca la cantidad que se pesca”, dijo Jesús García, capitán de embarcación en Mazatlán, Sinaloa.
“Ya los camarones aproximadamente unos 20, 25 kilos, antes tirabas lances de tonelada, media tonelada, 600 kilos, comparativo imágenes de 2019 cubierta llena e imágenes de ahora, antes se llenaba la cubierta de camarón no podías ni pasar, aquí como lo ven hay más pescado, pero ya camarón es poco”, destacó Jesús García, capitán de embarcación en Mazatlán, Sinaloa.
“Regalábamos camarón, no hallábamos qué hacer con él, y ahora queremos que nos regalen a nosotros”, destacó Geovany González, pescador en Mazatlán, Sinaloa.
El pasado 21 de septiembre se levantó la veda para la pesca de camarón en el Pacífico. A diferencia de otros años, en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, de 488 barcos camaroneros, unos 250 se quedaron atracados.
Javier tiene 78 años de edad y es pescador desde hace seis décadas. Cuenta que a su angustia por la desaparición del subsidio para diésel marino y el embargo estadounidense al camarón mexicano, se suma la pesca ilegal.
“No hay vigilancia, no hay nada, desde que salieron las pangas (pescadores clandestinos) ha sido un problema muy grave”, dijo Javier Andrade, propietario de embarcación en Mazatlán, Sinaloa.
Él y su esposa Sofía tuvieron que poner a la venta sus dos embarcaciones, adquiridas hace 30 años y pese a la gran inversión que hicieron hace un año para sacarlos a altamar, los barcos ilegales no les dejaron producto, regresaron a tierra con poco camarón y muchas deudas.
“Vamos a acabar viejos, pobres y causando lástima. A mí quién me da trabajo, a mi esposo quien le va a dar trabajo. Me quiero morir trabajando en la pesca”, apuntó Sofía Berúmen, propietaria de embarcación en Mazatlán, Sinaloa.
La mayoría de los camaroneros en el puerto de Mazatlán denuncia que la pesca ilegal ocurre en pleno día aprovechando que no hay vigilancia.
“Nosotros apoyábamos a Conapesca a poner embarcaciones para vigilar que embarcaciones menores no salieran a saquear el mar”, indicó Carlos Pérez, propietario de embarcación en Mazatlán, Sinaloa.
En 2018 se asignaron 63 millones de pesos para subsidios a pescadores que apoyaban en actividades de vigilancia; en 2019 la partida desapareció.
“Está administración lo primero que hizo, llegó, identificó y dijo hay corrupción en el proceso de inspección y vigilancia y retiró oficiales y trató de atenderlo, sin embargo, no lo cubrió con más personas y se quedó el hueco”, apuntó Renata Terrazas, vicepresidencia de Oceana México.
Una lancha ilegal gasta al mes unos 46 mil pesos en gasolina. Los costos en una embarcación legal, pueden llegar a un millón 200 mil pesos, ya que sólo en diésel marino se invierten hasta 860 mil pesos.
Actualmente estas embarcaciones regresan a tierra con un promedio de cinco toneladas de camarón, que podrían vender por cerca de 1 millón 100 mil pesos; para los pescadores solo significa pérdida.
“Quedé endeudado y ahí estamos ahorita batallando; tenemos que vender una embarcación o dos o tres para salir adelante y solventar esos gastos”, dijo Ismael Sotelo, propietario de embarcación en Mazatlán, Sinaloa.
Cientos de trabajadores directos o indirectos también resultaron afectados por la poca presencia de barcos en altamar. En los últimos tres años, el número de mujeres empacadoras de camarón en Mazatlán, pasó de cerca de 900 a unas 500.
“Ahorita son barquitos que llegan con una tonelada, dos toneladas, antes un barco sólo traía hasta 15 toneladas, que era trabajo para nosotros hasta de la una, dos de la mañana, ahorita con trabajo pasamos el medio día”, dijo Candelaria Castorena
En 2019 Candelaria todavía ganaba hasta 7 mil pesos por semana; ahora hay semanas en las que ni trabaja. La charola que separa se la pagan en 15 pesos..
“Yo tuve tres hijos y los saqué adelante con este trabajo, ahorita a estas alturas con trabajo saco para comer”, dijo Candelaria Castorena, empacadora de camarón en Mazatlán, Sinaloa.
Con información de Víctor Valles mata y Víctor Olvera.
LLH