Exprimera dama y diplomático disputarían presidencia Guatemala en balotaje de agosto
La exprimera dama Sandra Torres (2008-2011) y el diplomático de carrera Bernardo Arévalo, ambos de tendencia centroizquierdista, disputarían la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Guatemala en agosto, según los resultados oficiales preliminares publicados la madrugada del lunes.
Con 51,4% de las actas procesadas, Torres, exesposa del fallecido mandatario Álvaro Colom (2008-2012), conseguía el 14,9% de los votos. Arévalo, actual diputado del socialdemócrata Movimiento Semilla, lograba el 12.2% de las preferencias, sorprendiendo a las encuestas, que no lo colocaban como uno de los principales favoritos. Ambos punteros se quedaban cortos para evitar la segunda vuelta del 20 de agosto al no haber cosechado más de la mitad de los votosválidos.
Más atrás figuraban el oficialista Manuel Conde, con 8% del respaldo; el empresario derechista Armando Castillo, con el 7,3%; el diplomático conservador Edmond Mulet, con 6,9%; y Zury Ríos, hija del fallecido dictador Efraín Ríos Montt (1982-1983), con el 6,7% de las preferencias. El resto, de una veintena de candidatos, no sobrepasaba 5%.
La carrera para suceder al mandatario Alejandro Giammattei ha estado plagada de polémicas, como la surgida por la exclusión de cuatro aspirantes, entre ellos, el empresario Carlos Pineda, quien lideraba las preferencias. Estados Unidos y la Unión Europea criticaron el veto a Pineda y el finquero lo calificó como un «fraude electoral» y llamó a votar nulo. Los votos nulos sumaban 17% y los votos en blanco 7%.
Las encuestas pronostican que quienquiera que pase a la segunda vuelta derrotaría a Torres, dado su elevado rechazo. La política de 67 años quedó en segundo lugar en los últimos dos comicios presidenciales pero es fuertemente resistida en la capital, hogar de 30% de los 17 millones de guatemaltecos.
En campaña, Torres ha prometido que, de ganar la presidencia, quitará el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los productos de la canasta básica, dará préstamos a jóvenes emprendedores, bajará las tarifas de luz y reducirá a la mitad los precios de las medicinas.
«Estamos optimistas, estamos contentos. Vamos a ganar, con quien sea, vamos a ganar. Estamos preparados para ganar la elección», dijo Torres en rueda de prensa.
Arévalo, sociólogo y escritor de 64 años quien además es hijo del expresidente Juan José Arévalo (1945-1951), ha prometido erradicar la corrupción, aumentar la cantidad de policías, mejorar la generación de empleo y combatir el cambio climático.
«Nuestro profundo y total agradecimiento a las personas que nos dieron su voto de confianza. Gracias por su valentía y por dar un paso al frente», escribió Arévalo en Twitter. «Nosotros no venimos a ganar las encuestas. Venimos a ganar las elecciones», agregó.
A pesar de las promesas, analistas políticos esperan que el resultado de la elección poco o nada garantice un cambio de rumbo en el país, que ha venido retrocediendo en materia de transparencia y respeto a los derechos humanos, en parte, porque el sucesor de Giammattei lidiará con un Congreso fragmentado como el actual, donde ninguna fuerza tiene amplia mayoría.
«La erosión institucional que estamos viviendo no se compone de la noche a la mañana, y se necesitarán muchos años, mucho esfuerzo y un buen liderazgo para encaminarnos de nuevo en un buen rumbo», opinó la analista política Marielos Chang.
Giammattei, un médico conservador de 67 años, asumió la presidencia en enero de 2020 para un periodo de cuatro años con la promesa de combatir la corrupción, pobreza e inseguridad que agobian a la mayoría de la población y que obligan a que cada vez más migren hacia Estados Unidos, donde viven 1.3 millones de guatemaltecos.
«Por primera vez en muchísimos años, la posibilidad de tener un presidente honesto en Guatemala está a unas horas de ser viable», dijo Fernando Morales-de la Cruz, activista de derechos humanos guatemalteco. «Bernardo Arévalo es sin duda el mejor de todos los candidatos presidenciales. Es un hombre preparado y honesto», agregó.
Además de presidente y vicepresidente, los guatemaltecos renovaron el Congreso unicameral y eligieron a centenas de alcaldes y 20 miembros del Parlamento Centroamericano (Parlacen).