El Principado "se lava las manos" con la polución, critica el edil de Medio Ambiente
Dura crítica del gobierno local al autonómico a cuenta de la polución. El concejal de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Rodrigo Pintueles (PP), acusó ayer al Principado de «lavarse las manos» ante los problemas de contaminación que padece la zona oeste de Gijón al haberse escudado en las intrusiones de polvo sahariano para justificar en un informe el elevado número de días con mala calidad del aire que se registraron el año pasado en las estaciones de medición de la contaminación que tiene el Principado en la avenida de La Argentina (La Calzada) y El Lauredal, así como en la que tiene ArcelorMittal en Santa Cruz de Jove.
La Consejería de Medio Ambiente ha decidido prorrogar 18 meses, hasta finalizar el año 2024, el último plan para la mejora de la calidad del aire en el oeste de Gijón, al faltar medidas por implementar y reconocer que los datos no evolucionaron de la manera esperada. Al mismo tiempo afirmaba que se cumplía con la legalidad ya que aunque en 2022 hubo más días de los permitidos con mala calidad del aire en dos de las estaciones de la red oficial, la normativa permite descontar aquellas jornadas en las que el exceso de polución tuviera que ver con causas naturales, como es la llegada de polvo del Sahara arrastrado por el viento. La Plataforma contra la Contaminación y la Federación de Asociaciones de Vecinos (FAV) ya han anunciado movilizaciones ante este planteamiento autonómico.
Pintueles se pronunció ayer en línea con los planteamientos vecinales, al considerar que, con el informe del Servicio de Calidad del Aire y Cambio Climático del Principado, «da la impresión de que el Gobierno de Adrián Barbón busca lavarse las manos y eludir responsabilidades en una materia trascendental, en la que está en juego la salud de la ciudadanía de Gijón». «Conformarse con no superar el límite de días de contaminación excesiva gracias a no contabilizar las jornadas que coincidieron con la llegada de polvo sahariano no nos parece de recibo», indicó.
El edil aseguró que desde su concejalía la prioridad es «la adopción de nuevas medidas que protejan al conjunto de la ciudadanía». Pintueles destacó que, según datos de la Unión Europea, Gijón es una de las tres zonas más contaminadas de toda España. «En la zona oeste de Gijón y el noroeste de Carreño 42.000 vecinos y 10.000 trabajadores respiran una concentración de micropartículas que excede los valores marcados por la legislación», subrayó, en referencia a los niveles de partículas inferiores a 10 micras (PM 10).
El edil insistió en que, en este asunto, «está en juego la salud de todos». «El aire contaminado y las partículas en suspensión son una amenaza muy seria para salud. Y por ello no nos cansaremos de reivindicar una implicación mucho más rotunda del próximo gobierno del Principado que asegure el bienestar de los gijoneses», dijo.
En ese sentido, el concejal popular resalta que deben cumplirse «estrictamente» las medidas previstas en el Plan de Calidad del Aire si se quiere reducir de forma notable la contaminación en lo que queda de año, «especialmente en el caso de las instalaciones industriales que están en las inmediaciones de El Musel. Y eso pasa por controlar de forma mucho más rigurosa el cumplimiento de la normativa medioambiental y sancionar el exceso de emisiones difusas, que son el verdadero foco del problema. Lo contrario, no deja de ser una clara dejación de sus responsabilidades. Más si cabe con un Plan que todos los agentes implicados coinciden en que se está mostrando como claramente insuficiente». El edil añadió que «desde el Partido Popular siempre hemos defendido el mantenimiento de la actividad industrial, pero esta jamás se puede sostenerse a costa de poner en riesgo la salud de los vecinos de la zona oeste ni de incumplir los parámetros medioambientales y de salud más básicos».
La contaminación del aire es uno de los problemas que arrastra la zona oeste de Gijón desde hace años. Desde el Principado se circunscribe sólo a las zonas de El Lauredal y Jove, mientras que el movimiento vecinal y los ecologistas consideran que tiene un mayor alcance, señalando que incluso es un problema del conjunto de Gijón si se tienen en cuenta los parámetros que establece la Organización Mundial de la Salud, más estrictos que la normativa española.