Decenas de miles de israelíes marchan hacia el Parlamento en un último intento de parar la reforma judicial
Decenas de miles de manifestantes han llegado este sábado a Jerusalén en la última etapa de la marcha para pedir que no se tramite la primera ley de la polémica reforma judicial que impulsa el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y que, según denuncian, pone en peligro la independencia judicial. Esta reforma limita el poder del Tribunal Supremo y otorga al Gobierno la mayoría en el comité que nombra a los jueces.
La coalición religioso-nacionalista de Netanyahu dice que el proyecto de ley, que prevé debatirse este domingo y votarse en el Parlamento este lunes, es necesaria para equilibrar las ramas del poder porque la Corte se ha vuelto demasiado intervencionista. Sus partidarios dicen que está diseñada para facilitar gobernabilidad efectiva con tribunales que todavía mantienen una amplia vigilancia de los poderes judiciales. No obstante, los opositores señalan que el cambio se está acelerando en el Parlamento y abrirá la puerta a la corrupción y los abusos de fuerza.
Por ello, este martes comenzó en Tel Aviv una marcha bajo el lema «No le permitiremos destruir nuestro hogar», en referencia a Netanyahu. Unas 100.000 personas, cifra récord, se han concentrado este sábado frente a la sede de la Knesset o Parlamento israelí, según las cifras publicadas por ‘The Times of Israel’ y elaboradas por Crowd Solutions, unas 20.000 de ellas llegaron a pie en una marcha por la autopista 1. Una marea de banderas israelíes gritó al unísono «democracia» e increpó al «dictador Netanyahu».
Además, ya ha comenzado a instalarse una «ciudad de tiendas de campaña» en el parque Saker de la ciudad, muy cerca de la sede parlamentaria, una acción organizada por los convocantes de las protestas y que aseguran no se desmantelará hasta que sea retirada la reforma judicial.
Más de 550.000 israelíes en total han salido este sábado a las calles de todo el país para protestar contra la reforma judicial.
Quieren evitar que se vote la reforma
Los manifestantes hicieron una última parada el viernes antes de entrar en Jerusalén y para realizar una comida comunitaria para celebrar el ‘sabbath‘, la festividad semanal judía, y han hecho noche en el lugar de Shoresh, perteneciente al distrito de Jerusalén. Allí han desayunado con viandas donadas por simpatizantes y finalmente han comenzado la última jornada de marcha sobre Jerusalén con la vista puesta en la Knesset en una columna de varios kilómetros trufada de banderas israelíes y a la que se han sumado este sábado miles de personas más de todo el país.
El objetivo no era cortar la carretera, pero la gran afluencia ha hecho inevitables los problemas de tráfico, todo ello sumado a los cientos de coches aparcados en los arcenes de personas que se han incorporado a la caminata.
La líder de la protesta, Shikma Bressler, ha indicado que no sabe si esta marcha podría anular la votación de este lunes. «Pero la votación no es el último paso«, ha explicado a Reuters, recalcando que por ello «estamos tratando de construir las fuerzas en el país, elegir entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas».
Acampadas y concentraciones frente a la residencia de Netanyahu
También se han producido este sábado concentraciones frente a la residencia oficial del primer ministro y en la calle Kaplan de Tel Aviv, epicentro de las protestas de los sábados desde hace 29 semanas. Además, había otros 150 actos y concentraciones convocados por todo el país.
El Gobierno pretende aprobar e instaurar una ley que prohíbe al Tribunal Supremo y a otros tribunales aplicar el criterio de «razonabilidad» para vetar decisiones del Ejecutivo. Netanyahu se ha reunido con los diputados de la coalición y ha subrayado la postura previa: si no se logra un acuerdo de consenso con la oposición, este lunes se aprobará, según lo previsto, la primera ley de la reforma judicial.
Las encuestas reflejan ciertos recelos entre los israelíes, ya que los cambios planificados han afectado a la economía y han preocupado a Washington, un aliado clave que ha instado a Netanyahu -que está siendo juzgado por cargos de corrupción que él niega- a buscar un consenso sobre estas reformas judiciales. Esta crisis incluso ha dividido a las Fuerzas Armadas, contempladas por la sociedad civil como un ente apolítico, que muestra cierta preocupación por la guerra en ambos lados del debate.
Más de 10.000 reservistas renuncian al voluntariado en el Ejército israelí
El grupo opositor israelí Hermanos de Armas ha anunciado este sábado que unos 10.000 reservistas dejarán de prestar servicio voluntario en protesta contra la reforma judicial que impulsa el primer ministro israelí. El anuncio lo ha realizado el grupo en una rueda de prensa convocada en Herzliya, a las afueras de Tel Aviv, según recoge el periódico ‘The Times of Israel’.
Estos 10.000 militares se suman así a los 1.100 reservistas de la Fuerza Aérea de Israel que anunciaron el viernes por carta la suspensión del servicio de voluntariado. Entre ellos hay 400 pilotos.
Durante las protestas, el exjefe del Shin Bet o servicios secretos israelíes para el interior, Yuval Diskin, ha ensalzado los anuncios de renuncia al servicio voluntario de los reservistas. «El voluntariado y el heroísmo en el campo de batalla han salvado a nuestro país de sus enemigos. Momentos extraordinarios necesitan de acciones extraordinarias. La renuncia al voluntariado de los reservistas es un acto claramente inusual, pero es legal, democrático, no violento, sobre todo, un acto heroico porque comprendo la enorme fuelza mental que requiere», ha argumentado Diskin.
«Ha llegado el momento de decidir la suspensión del voluntariado de los reservistas hasta que la reforma sea completamente paralizada y hasta que se comprometan a que los cambios sean solo con un amplio consenso», ha añadido