Casen 2022: pobreza cae gracias a apoyo estatal, pero expertos ven reto en mujeres, empleo y regiones
Contra todo pronóstico -sobre todo por las secuelas de la pandemia-, la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) correspondiente a 2022 reveló una disminución de la pobreza por ingresos en el país, desde un 10,7% de la población hasta un 6,5%, mientras que la definida como extrema se redujo desde 4,3% a 2%.
Llevado a números absolutos, estos porcentajes –los mínimos de los registros– equivalen a 1.292.521 personas que viven en situación de pobreza a lo largo del territorio nacional y, de ellos, el escenario más crítico es para 397.963 de ellas, según los antecedentes que presentaron ayer el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, junto a la subsecretaria de Evaluación Social, Paula Poblete; y el jefe del Observatorio Social de la misma cartera, Matías Cociña.
También participó la directora del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, Lorena Flores, entidad detrás de la medición, cuyo trabajo de campo se realizó entre noviembre de 2022 y febrero de 2023 a través de encuestas a 72.056 hogares en 335 comunas, traducidos en 202.231 personas.
Subsidios: los protagonistas
Según los datos -que implican una reversión del deterioro observado en 2020, año uno de la pandemia-, la línea de pobreza se ubicó en $ 216.849 por persona en noviembre de 2022, es decir, un 24,5% más que lo observado en noviembre de 2020 en términos nominales.
Pero, a la par, también se observó un aumento del ingreso monetario promedio mensual de los hogares, es decir, aquel que suma aquellas entradas provenientes del trabajo y subsidios. Este indicador, según la Casen 2022, pasó de $ 1.243.230 a $ 1.304.304.
Los subsidios, en particular, llegaron a casi $ 68 mil. Lo más cercano a esto había sido los $ 60 mil registrados en 2020, que ya eran prácticamente el doble de lo observado en mediciones de años anteriores. Un factor clave aquí fue el cambio de escenario que representaron los efectos de la pandemia del Covid-19 en el país.
Frente a esto, el ingreso promedio que proviene solo del trabajo llegó a $ 1.068.168 por hogar, mientras que el autónomo -que incluye otros derivados de la propiedad de los activos- fue de $ 1.236.534.
El Ministerio de Desarrollo Social precisó que las medidas públicas que incidieron en el cálculo de la pobreza por ingresos son el IFE Laboral, implementado en el gobierno de Sebastián Piñera, y el Subsidio Protege. Se sumó el Bono Invierno, el alza del sueldo mínimo, la creación de la Pensión Garantizada Universal (PGU) y la extensión del Ingreso Mínimo Garantizado.
Así, el ingreso promedio mensual monetario del primer decil -las personas más vulnerables- fue de $ 234.840, que dio cuenta de un ingreso del trabajo de apenas $ 57.951 y subsidio de $ 160.073.
“Lo que podemos ver es que para el primer decil para contener la pobreza en el año 2020 y 2022 los subsidios fueron importantes (…) Si bien hay muestras de recuperación autónomas, siguen siendo importante los subsidios para poder sacar a ese segmento de la pobreza y para que otras familias en situación de vulnerabilidad, no caigan bajo la línea de la pobreza”, dijo el ministro Jackson.
Respecto a 2020, añadió que los ingresos autónomos “eran muy bajos, sobre todo en el primer decil, donde hubo una caída dramática, pero hubo un cambio muy significativo en 2022 que permitió reducir las brechas, pero sin subsidios no llegamos a los niveles de 2017”.
“Creo que tenemos que reconocer que en esta oportunidad -entre el 2017 y el 2022- la política pública fue más importante que el crecimiento económico”.
Mario Marcel, Ministro de Hacienda.
Explicó que “cuando medimos respecto a 2017, lo que sí podemos ver es que la incidencia la tuvieron mayormente los subsidios, porque aún no se han recuperado totalmente los ingresos en algunos deciles”, Así, subrayó, “la suma de factores de los ingresos totales fue mayor de lo que creció tanto la inflación como la canasta básica ponderada”.
Mujeres más desfavorecidas
Pese a que la pobreza retomó la trayectoria a la baja observada previo a la pandemia, por género persistió la brecha. El 6,1% de los hombres son pobres y 1,9% extremadamente pobres, en tanto las mujeres presentan tasas de 6,9% y 2,1%, respectivamente.
Por regiones, el descenso fue generalizado, aunque en algunos casos se trata de cifras llamativas. Es lo ocurre en el norte con Tarapacá (11%) y Arica y Parinacota (9,2%) -zonas donde la migración ha presionado-; mientras que en el sur los peores registros siguen por el lado de Ñuble (12,1%) y La Araucanía (11,6%). Al contrario, la menor incidencia se observó en Magallanes (3,4%) y Aysén (4%).
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Más allá de los ingresos
Yendo más allá de los ingresos, e incorporando otras dimensiones que influyen en el bienestar de las familias, como son la educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno y cohesión Social, la mejora también fue evidente.
La llamada pobreza multidimensional pasó de ser 20,3% en 2017 a 16,9% en 2022.
El golpe es más fuerte en los extranjeros y en las regiones del norte, según lo informado.
Para aquellos que nacieron fuera de Chile, el indicador pasó de ser un 24% en 2017 a 29,6% en 2022. Por región, Tarapacá supera el promedio nacional con 23,8% al igual que Atacama (20,3%).
Bajó desigualdad
El Índice Gini cayó de 0,509 en 2020 a 0,470 en 2022, el mejor resultado en la medición histórica. Es decir, el 20% de los hogares con mayores ingresos monetarios obtiene 8,2 veces más que el 20% de los hogares con menores ingresos.
El Gini mide la desigualdad en una escala de cero a uno, donde más cercano a cero es mejor distribución de la riqueza y más cercano a uno es mayor concentración.