Qué es el Grupo Wagner que desafió a Putin y cuyo líder habría muerto tras caer su avión
La tensión reciente en la geopolítica internacional ha tenido un giro inesperado. Un avión donde figuraba como tripulante el líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, se ha estrellado en la tarde del 23 de agosto, al norte de Moscú.
Hace tan solo dos meses, este grupo de mercenarios ruso llevó a cabo un breve alzamiento contra el gobierno de Vladimir Putin, desestabilizando el ya volátil conflicto en Ucrania y dejando a muchos preguntándose sobre el verdadero poder de este grupo. Ahora, tras la caída del avión, el jefe, su ‘número dos’ -Dmitri Utkin- y otras 10 personas más a bordo podrían haber fallecido, según informan las autoridades rusas.
¿Qué es el Grupo Wagner y cuál es su poder militar?
El Grupo Wagner, también conocido como PMC Wagner o ChVK Wagner, es una organización paramilitar rusa. Se le describe como una empresa militar privada, una red de mercenarios, o el ejército privado no oficial del presidente ruso Vladímir Putin.
Aunque su existencia legal es incierta debido a las leyes rusas, ha sido asociado con el neonazismo y la extrema derecha. Wagner adquirió notoriedad internacional durante la guerra del Dombás en Ucrania, donde apoyó a las fuerzas separatistas. Además, se ha reportado su participación en otros conflictos globales, como en Siria, Libia, la República Centroafricana y Malí.
Wagner ha sido acusado de cometer crímenes de guerra, incluyendo violaciones, saqueos y torturas.
Yevgueni Prigozhin, un empresario ruso con fuertes lazos a Putin, era el propietario o financiador del grupo. Prigozhin confirmó en septiembre de 2022 que fundó la organización. Existen teorías que sostienen que el Grupo Wagner permite al gobierno ruso negar su implicación en conflictos y ocultar bajas y costos financieros.
Yevgueni Prigozhin, líder del Grupo Wagner.
Hoy en día, el Grupo Wagner es visto como una de las mayores empresas militares privadas a nivel mundial. Se ha corroborado que entre sus miembros no sólo se encuentran rusos, sino también ucranianos y serbios, aunque estos últimos en menor proporción.
Se tiene casi por seguro que Wagner dirige actualmente a 50.000 combatientes en Ucrania. No obstante, la cifra de soldados proporcionada por Prigozhin en junio fue de aproximadamente 25.000, ya que se estima que unos 20.000 fallecieron durante el actual el conflicto.
En contraste, se calcula que el ejército ruso consta de cerca de 800.000 soldados activos. En algún momento, se creyó que esta fuerza superaba el millón de efectivos, pero se estima que perdieron cerca de 220.000 durante la guerra. Se piensa que Rusia tiene alrededor de 250.000 soldados en reserva.
La insurrección
El 23 de junio de 2023, el Grupo Wagner se involucró en un conflicto con las fuerzas armadas de Rusia, debido a un creciente desacuerdo entre Prigozhin y el Ministerio de Defensa ruso.
Tropas del Grupo Wagner tomaron brevemente la ciudad rusa de Rostov del Don.
Prigozhin justificó el alzamiento como una respuesta a lo que consideraba un ataque a sus fuerzas por parte del mencionado ministerio. Desestimó la versión del gobierno ruso sobre la intervención en Ucrania, responsabilizó al Ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, por las fallas militares, y lo acusó de dirigir la guerra en beneficio de las élites rusas.
Las tropas a cargo de Prigozhin se hicieron con el control de la ciudad de Rostov del Don, una localidad con una importante base militar, e informaron de avances hacia Vorónezh, después hacia Lípetsk, con Moscú como destino final. En respuesta, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) abrió un caso criminal contra Prigozhin por «provocar un alzamiento armado».
En un discurso televisado, el presidente Putin calificó las acciones de Wagner como «traición» y juró aplastar la rebelión. Putin instó a los miembros de las fuerzas de Wagner que «bajo engaño o amenazas, se habían visto envueltos en un acto criminal, empujados hacia un delito grave: una insurrección armada».
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, habló de una rebelión.
Sin mencionar el nombre de Prigozhin, aunque sí a Wagner, el líder ruso comparó la sublevación de este sábado con la revolución de 1917 que destruyó el imperio, “cuando el país estaba librando la I Guerra Mundial pero le robaron la victoria”.
Tras negociar un acuerdo con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, Prigozhin acordó retirarse de Rostov del Don.
Repercusiones
La decisión de retirarse generó cierto malestar entre algunos sectores de Wagner. Criticaron a Prigozhin, acusándolo de ser un político «como cualquier otro» y de «arrastrar» a un gran número de mercenarios en su camino hacia la rebelión.
Fuerzas del Grupo Wagner en Rostov del Don.
En conclusión, el motín de Prigozhin transcurrió rápidamente y sin obtener resultados significativos inmediatos, pero reveló las vulnerabilidades del Kremlin. Las acciones de los llamados «wagnerianos» evidenciaron las carencias de las fuerzas rusas en múltiples áreas de retaguardia. Esto tiene un impacto negativo, especialmente en la moral del personal ruso destacado en Ucrania, empeorándola aún más.
No en vano, Kiev, que estima que Moscú tiene alrededor de 400.000 militares rusos desplegados en su territorio, aplaudió la inestabilidad en el país invasor. «Todo acaba de comenzar en Rusia», afirmó entonces Mijailo Podoliak, asesor principal del presidente Volodímir Zelenski, en alusión a la crisis de poder que azotaba al país vecino. Podoliak sostuvo que era imposible que ambos bandos saliesen ilesos de ese episodio.
Posible desmantelamiento
Si bien no ha trascendido el acuerdo que terminó la rebelión, el Kremlin indicó que aquellos contratistas que no se unieron al motín podrían haberse integrado al ejército regular, lo que podría desmantelar a Wagner en Rusia.
Este era un objetivo deseado por el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, con quien Prigozhin había competido durante mucho tiempo. Shoigú impulsó las regulaciones para que estos «regimientos de voluntarios» se integrasen al ejército, un movimiento que causó el alzamiento de Prigozhin.
Ahora, se desconoce el futuro de la empresa en países como Sudán, Libia, Malí o la República Centroafricana, donde los Wagner trabajan para regímenes pro-Moscú y defienden intereses rusos en empresas y minas, una actividad ciertamente muy lucrativa para el líder presuntamente fallecido, Prigozhin.