Una nave de la NASA trae a la Tierra rocas de un asteroide peligroso
Madrid
Tras siete años en el espacio, una nave no tripulada de la NASA aterriza el próximo domingo en el desierto de Utah con una carga muy especial: algunas de las rocas más antiguas de nuestro sistema solar, que han sido recolectadas en la superficie de un asteroide, que se llama Bennu y que pasará cerca de la Tierra dentro de 112 años.
Pero el objetivo de esta misión, que se llama «Orígenes», es analizar este material extraterreste para buscar las moléculas orgánicas que crearon la vida en nuestro planeta.
El aterrizaje en el desierto de Utah de la cápsula de carga de la nave OSIRIS-REX es una operación muy complicada porque esta sonda viaja ahora a una velocidad de 23.000 kilómetros por hora.
De momento, todo funciona sin fallos técnicos y según lo previsto por la NASA. Los técnicos de la Agencia Espacial de Estados Unidos ya han enviado un comando a esta nave no tripulada para que reduzca su enorme velocidad y pueda aproximar, de forma segura, a nuestro planeta.
Si todo va bien, su cápsula de carga aterrizará en el desierto de Utah a partir de las cinco de la tarde del próximo domingo.
Larga misión
Hace siete años que la nave OSIRIS-REx de la NASA despegó hacia el asteroide Bennu y ya ha realizado, con éxito, la primera parte de su misión: recoger muestras de este asteroide y traerlas a la Tierra.
Y después de recorrer casi 5.000 millones de kilómetros, OSIRIS-REx está a punto de entregar su preciada carga.
La misión OSIRIS-REx ha costado mil millones de euros y se lanzó en septiembre del año 2016, con destino a Bennu, un asteriode de 500 metros de ancho.
OSIRIS-REx llegó a Bennu en diciembre de 2018 y lo analizó desde una órbita cercana durante casi dos años. El 20 de octubre de 2020, la sonda descendió en picado y atrapó 250 gramos de rocas de su superficie.
Preciada carga
En el interior de la cápsula de carga se encuentran algunas de las rocas más antiguas de nuestro sistema solar, que han sido recogidas en la superficie de un asteroide rico en carbono llamado Bennu.
Por lo tanto, esta muestra ofrece una visión prístina de los componentes básicos que se convirtieron en nuestro Sol y los planetas hace unos 4.500 millones de años.
Los asteroides son restos de rocas y metales que no llegaron a formar parte de los planetas ni el Sol. Apenas han cambiado desde su formación y ofrecen una ventana intacta a la composición química del sistema solar primitivo, y a la posibilidad de que asteroides como Bennu transportaran las moléculas orgánicas que podrían haber sembrado la Tierra primitiva con los ingredientes de la vida.
Potencialmente peligroso
Además, el asteroide Bennu es uno de los más peligrosos para nosotros, porque pasará bastante a la Tierra durante el próximo siglo.
De hecho, en septiembre de 2135, el asteroide Bennu, de 500 metros de diámetro y con forma de dado, puede pasar unos 190.000 kilómetros de la Tierra, es decir, a la mitad de distancia que la Luna.
Tras lanzar a la Tierra su cápsula de carga, esta nave espacial seguirá viajando y su próximo destino es otro asteroide también potencialmente peligroso, el famoso Apophis. Esta sonda de la NASA llegará a Apophis en el año 2029.