¿Se puede cazar en un parque nacional en España? Monfragüe abre una nueva brecha …
Dentro de una semana, la caza volverá al Parque Nacional de Monfragüe. La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, ha decidido aplicar esta medida para mantener el equilibrio ecológico en la zona, pero se ha topado con la oposición de la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, quien sin embargo no se opuso a la misma medida que aplicará el gobierno del socialista EmilianoGarcía-Page en el Parque Nacional de Cabañeros.
El objetivo, según anunció Guardiola el 17 de septiembre, durante la Feria de Caza y Pesca de Badajoz, es evitar daños en la flora y en la fauna, y proteger al ganado de los jabalíes, que pueden transmitir tuberculosis y causar graves problemas de salud pública. Pero la ministra le contestó al día siguiente en X, antes Twitter: «Buenas tardes, presidenta. La ley prohíbe la actividad cinegética en parques nacionales. Los plazos de entrada en vigor de la prohibición, aprobados por M Rajoy. No sé si se refiere a cambios en el plan de gestión, que han de ser compatibles con la ley y con ok de todos. Un saludo». A lo que Guardiola respondió dos horas y 19 minutos después: «Buenas tardes, ministra. Sí. Permitiremos la actividad cinegética en Monfragüe. Y lo haremos dentro de la legalidad. La caza para el control poblacional, y sin fines comerciales ni deportivos, es compatible con la normativa estatal y autonómica. Usted debe saberlo».
Al parecer no lo sabía. Es cierto que la propia normativa del parque extremeño, de acuerdo con la Ley 1/2007, de 2 de marzo, prohíbe de forma explícita la caza deportiva y comercial. Y que a nivel estatal, la Ley de Parques Nacionales 30/2014 estableció que la actividad cinegética era incompatible en estos espacios. Aunque hay una salvedad en el artículo 7.3.a): «La administración gestora del parque nacional podrá programar y organizar actividades de control de poblaciones y de restauración de hábitats de acuerdo con los objetivos y determinaciones del Plan Director y del Plan Rector de Uso y Gestión».
A su vez, la directriz 3.2.3.d) del Plan Director de la Red de Parques Nacionales especifica las pautas bajo las que se podría cazar: «Se podrá autorizar en condiciones basadas en datos científicos y estrictamente tuteladas por la Administración, y cuando no exista otra solución satisfactoria».
La ley y el Twitter parecían del lado de Guardiola, pero había algo peor: la situación era exactamente la misma que la vivida esta primavera, cuando el propio ministerio y el gobierno de García-Page decidían, que este mes de octubre, también volviera la caza al Parque Nacional de Cabañeros. El objetivo no difiere demasiado del de Monfragüe. Reducir la sobrepoblación de ongulados (ciervos, jabalíes, muflón y gamo), que al parecer está aniquilando la flora del parque.
Es preciso matizar que, en el caso de Cabañeros, el informe del Parque Nacional no habla explícitamente de caza: «En la actualidad, el valioso ecosistema mediterráneo se encuentra en una situación de desequilibrio debido a las altas densidades de ungulados presentes y a la ausencia de predadores (…) Para revertir esta situación y comenzar, de algún modo, una restauración pasiva de los ecosistemas, se requiere que el hombre forme parte de la gestión futura para corregir aquello que no se hizo adecuadamente durante los últimos años». Para los ecologistas, no hay diferencia entre caza, control poblacional o corrección humana, y una decena de ONG ambientales ya se han pronunciado en contra del regreso de la caza a ambos escenarios.
Ecologista en Acción no cree que la situación sea dramática en Cabañeros, donde el Gobierno prevé eliminar más de 4.000 ciervos y casi 2.000 jabalíes al año durante tres anualidades prorrogables a una cuarta. Y acusa al Organismo Autónomo de Parques Nacionales y al Gobierno de Castilla-La Mancha de haberse negado a que un equipo científico multidisciplinar valorara la situación.
SEO/BirdLife y el PSOE extremeño también piden un informe técnico-científico que justifique la actuación en Monfragüe. Y a Ecologistas en Acción, sus informes, no le cuadran: «No hay sobrepoblación de ungulados, no se aprecian en las rutas abiertas al público daños significativos a la vegetación, lo que fácilmente puede comprobar cualquier visitante, además datos recientes arrojan una densidad en julio de 2023 de 8,66 ciervos por kilómetro cuadrado«.
Tampoco le cuadra la «excusa» de las patologías, «cuando estamos quizá en el momento con menor incidencia, la prevalencia de la tuberculosis ha disminuido hasta el 4% actual frente al 13% de 2011 a 2015«.
Hasta ahora el control poblacional se realizaba con jaulas y cercones, algo que para la Dirección General de Sostenibilidad de Extremadura «no respetaba los animales». Según ha defendido la consejera extremeña de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible, Mercedes Morán: «Nunca hemos estado de acuerdo con la masacre que suponen… la práctica tradicional es menos lesiva con la especie». En lo que va de la temporada 2022/2023, a falta de tres meses estos métodos han capturado un 32% de los ciervos previstos y un 73% de los jabalís para mantener el equilibrio en el parque.
El Ministerio de Transición Ecológica ha advertido a la Junta extremeña que estarán «vigilantes» por si se desborda este interés por «controlar las especies» en este enclave protegido, de 18.400 hectáreas, entre las ciudades de Plasencia, Trujillo y Cáceres.
Las batidas en Extremadura, que no se hacían desde febrero de 2021, serán sin perros y las llevarán a cabo cazadores locales, pertenecientes a los municipios de Monfragüe, ha precisado Guardiola. Las piezas abatidas, ante la ilegalidad de comercializarlas, serán donadas a ONG.
Entre 345 y 290 millones de euros
No se puede decir que Teresa Ribera haya contado con el cariño de un sector que en Extremadura cuenta con 200 empresas, y mueve al año entre 345 y 390 millones de euros, según datos de la Junta. En 2018 la ministra reconoció en una entrevista en Onda Cero que si pudiera prohibir esta actividad lo haría: «Me gustan los animales vivos y no soy muy partidaria ni de los toros ni de la caza (…) Mi opción es disfrutar de los animales vivos y siempre me ha resultado muy llamativo de que haya gente que disfrute de ver morir o ver sufrir animales. La verdad es que no lo entiendo».
Pero la batalla política no se queda ahí. Desde la izquierda y grupos ecologistas han criticado a María Guardiola por haberse doblegado a los intereses de los cazadores, pero sobre todo de Vox, quien en vez de apelar a la conservación del Parque, han apelado a sí mismos: «Esta medida se ha adoptado precisamente porque Vox forma parte del gobierno y es una de las condiciones que se pactaron», apuntó el presidente del Grupo Parlamentario Vox, Ángel Pelayo Gordillo.