Qué son los Acuerdos de Abraham, el acercamiento entre cuatro países árabes e Israel que excluyó a Palestina
La postura de los países árabes respecto a Israel ha ido evolucionando a lo largo de las siete décadas que lleva activo el conflicto palestino-israelí, como explica en su estudio Julieta Espín, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea. Sin embargo, el mayor acercamiento entre ambos bloques se produjo en 2020, cuando cuatro países e Israel firmaron los Acuerdos de Abraham con el fin de normalizar las relaciones.
Los países firmantes. Además de Israel, los Estados árabes que participaron en la normalización de las relaciones diplomáticas fueron Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos. Todo el proceso fue supervisado por la Administración estadounidense, liderada entonces por el republicano Donald Trump. Los acuerdos reciben el nombre de Abraham por la importancia de este profeta para las tres grandes religiones monoteístas: el islam, el judaísmo y el cristianismo.
Sin embargo, como cuentan los expertos a Newtral.es, cada país persigue unos objetivos distintos con la firma de este acuerdo que, además, califican de “envenenado”. El pacto pretende conseguir la paz pero sin incluir a uno de los agentes directamente implicados en el conflicto: Palestina.
¿Qué son los Acuerdos de Abraham?
Los Acuerdos de Abraham pretendían impulsar el proceso de paz tras el fracaso de los Acuerdos de Oslo, firmados en 1993, así como normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales entre los países de la región, como señalan distintos expertos a Newtral.es.
Contexto previo a los Acuerdos de Abraham. “Benjamín Netanyahu (actual primer ministro de Israel) se enfrentaba a la que era su cuarta convocatoria electoral en menos de dos años, no había estabilidad y necesitaba dar un golpe de efecto para mantener su poder”, explica Mariano López de Miguel, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Murcia. Para ello, comenzó a hablar con los países que se habían “moderado”, es decir, con los que no tenían conflictos “graves” desde hacía años. Prescindió así de intentar parlamentar con los palestinos, con los que ya consideraba inviable un acuerdo. Todo ello en un proceso mediado por Estados Unidos durante la Administración Trump.
El experto destaca que 2020, el año en el que se firmaron estuvo marcado por la pandemia y, por tanto, por una época en la que “la actividad diplomática estaba bajo mínimos, los conflictos se habían enfriado porque la gente no podía salir a las calles, ni se podía combatir ni manifestarse”.
¿Qué incluyen los Acuerdos de Abraham? Como señala a Newtral.es Ariel James, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, los acuerdos son negociaciones bilaterales, es decir, Israel ha firmado un convenio con cada uno de los países y no en conjunto:
- El 13 de agosto de 2020, Israel estableció relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos.
- Baréin se incorporó el 15 de septiembre del mismo año.
- Una semana después, el 23 de septiembre, Sudán anunció que también normalizaría su relación con el Estado judío.
- Finalmente, en diciembre, Marruecos anunció a través de una carta formal una “nueva era de relaciones”.
A través de estos acuerdos, los países firmantes “reconocen a Israel como un Estado, así como el derecho de Israel a ejercer la soberanía sobre ese territorio y establecen relaciones diplomáticas”, explica James.
¿Cómo fueron posibles? Ambos expertos coinciden en que los Acuerdos de Abraham dejan fuera aspectos importantes como la paz con Palestina o la gobernanza de Jerusalén, ya que sino habrían sido inviables. El profesor de Comillas diferencia dos niveles en las negociaciones:
- El aspecto visible. Son convenios conocidos dentro del ámbito de la seguridad, del comercio (con nuevas reglas) y del turismo.
- El aspecto invisible. Se parte de la idea de que hay ciertos valores sagrados, incondicionales, sobre los que prefirieron no negociar, como el estatus de Jerusalén como ciudad sagrada para tanto para el Islam como para el Judaísmo. Por tanto, se esquivan o bordean para centrarse en las relaciones comerciales y diplomáticas. “Con los temas sensibles no avanzan”, señala James.
Por tanto, son unos acuerdos “envenenados”, como describe López de Miguel, ya que “pretenden lograr la paz en el territorio sin contar con una de las partes en contienda”, que es Palestina. El experto cita, además, la teoría de algunos historiadores israelíes como Avi Shlaim y Gideon Levy: “Estos indican que, posteriormente, el golpe de efecto de los Acuerdos de Abraham es que se amplíen a otros países”. No obstante, los expertos reconocen que el nuevo conflicto iniciado el 7 de octubre puede pausar dichas negociaciones, aunque recuerdan que siguen vigentes a día de hoy.
El papel fundamental de Estados Unidos en las negociaciones
Los expertos consultados coinciden en que, para entender los Acuerdos de Abraham, es importante comprender la política exterior de Estados Unidos durante la Administración Trump. Estos fueron impulsados bajo el mando de Jared Kushner, yerno del expresidente republicano.
- “Estados Unidos ha sido el gran valedor de Israel tras de su creación, ya que considera que es la única democracia no volátil de Oriente Medio. Por ello, busca de cualquier manera implementar acuerdos de paz”, señala López de Miguel.
El doctor de Historia Contemporánea añade que Estados Unidos siempre ha sido un gran mediador como potencia hegemónica, además de que en el país hay un “gran lobby israelí”. “A Trump no le interesaba pacificar, ya que hacía tres años que había reconocido Jerusalén como capital de Israel con el traslado de la Embajada estadounidense desde Tel Aviv”, señala.
Por su parte, James recuerda que durante el mandato republicano, Trump busca intervenir en el conflicto palestino-israelí beneficiando al Estado judío, no solo con el reconocimiento internacional tras el cambio de la Embajada, sino también recortando todas las ayudas estadounidenses ”que pudieran beneficiar al Gobierno palestino”, incluso las que destinaba a la agencia especial de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA).
¿El objetivo? Privilegiar a Israel, aumentar sus vínculos con otros países árabes e impulsar a Arabia Saudí como potencia regional y así aislar a Irán.
Fuentes
Mariano López de Miguel, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Murcia
Ariel James, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas
Estudio de Julieta Espín, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea
Acuerdos de Abraham