El calor atípico frena las ventas de ropa y difumina la temporada de otoño
La agricultura no es la única actividad económica damnificada por las altas temperaturas. El calor inusual del último mes y medio –este septiembre ha sido el más cálido en el mundo desde que hay registros– ha frenado en seco las ventas de ropa de la nueva temporada de otoño-invierno, la más rentable para los comercios dado el mayor precio de los productos.
“El verano funcionó más o menos bien, pero septiembre ha sido un drama por las altas temperaturas y octubre no va mucho mejor; las ventas no arrancan”, resume David García, director general de Modacc, la asociación que integra 150 empresas del sector de la moda en Catalunya. Compañías de diferentes tamaños y segmentos consultadas comparten el diagnóstico: las temporadas de transición ya no funcionan como antes.
“Septiembre ha sido un drama; los clientes ya no compran hasta que llega el frío de verdad”
Con los 27 grados que marcaba el termómetro el viernes al mediodía en Barcelona, ningún cliente se acercaba a los jerseys de cuello alto ni a los abrigos de lana expuestos en las numerosas tiendas de rambla Catalunya o la avenida Diagonal. “Hemos escondido las chaquetas y sacado prendas más finas, pero ni así; la gente trata de aguantar hasta que llegue el frío de verdad”, comenta una dependienta.
Los comerciantes han intentado impulsar las ventas con descuentos, avanzándose al gran periodo de promociones del Black Friday. Tanto es así que en septiembre se registró el único descenso de precio en las prendas de mujer en lo que va de año, con una caída del 0,5% interanual, indican los datos del INE. Y la ropa de niño apenas ha subido un 0,8% en pleno inicio de curso, por debajo de la inflación general del último mes (3,5%).
El textil espera que el cambio de temperatura de la próxima semana impulse al fin el consumo
Ahora bien, estas rebajas avanzadas tampoco han ayudado a dinamizar el comercio, destaca Laura García, de la asociación de comerciantes Comertia y responsable de Benitosports. “Los consumidores no han tenido la necesidad de comprar ropa de abrigo nueva, y esto no lo cambias por muchos descuentos que hagas”, comenta. Las existencias de prendas más ligeras y de manga corta están, además, bajo mínimos tras la temporada de verano y el contexto económico tampoco ayuda a vender artículos que no son de primera necesidad. “Los clientes se lo piensan mucho antes de adquirir algo”, añade García.
Comertia cifra en un 1,1% la disminución de las ventas en septiembre y una cuarta parte de sus asociados lo atribuye a las altas temperaturas, una situación de la que también advierte la madrileña Acotex en su último barómetro.
Las empresas del textil esperan ahora recuperar terreno con el cambio de temperaturas que se prevé a partir de la semana que viene. El gasto retenido en moda podría empezar al fin al liberarse si llega el frío y coger velocidad de cara a la crucial campaña de Navidad, subraya David García.
Las prendas de vestir de mujer han bajado de precio en septiembre, según el INE
Pero más allá de los cambios de tiempo coyunturales, el sector debate cómo actuar ante una tendencia que parece consolidarse. Las temperaturas de verano se alargan en España unos diez días por década y un verano de ahora dura 40 días más que hace 40 años, según investigaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). “Quizás tengamos que empezar a repensar las colecciones y adaptarlas al nuevo clima”, señala Laura García, de Comertia.
También cuándo se ponen en el mercado. Luis Sans, propietario de la histórica Santa Eulàlia y presidente de la asociación de comerciantes paseo de Gràcia, llama la atención sobre el tiempo que la ropa de invierno permanece en los escaparates. “En junio, cuando justo ha comenzado el verano, ya está la pre colección en las tiendas; solo los grandes seguidores de la moda compran con tanta antelación”, señala. Fuentes del sector consultadas indican que algunas marcas están reaccionando y este año han lanzado colecciones de otoño e invierno con prendas más ligeras, más similares a las de primavera, aunque adaptando los colores.
El sector debate cambios para adaptarse a la nueva realidad climática
El clima está impactando así en el negocio textil, un cambio en el que los grandes de la industria llevan la delantera gracias a su mayor control de los stocks y a una rotación de surtido muy alta, lo que permite una rápida adaptación a las circunstancias. Los comercios independientes y pequeñas cadenas temen ahora que el reto climático pueda contribuir a una mayor concentración de las ventas.
Un proceso que se ha acentuado en los últimos años, según datos de la patronal del gran consumo Anged. Las tiendas independientes y multimarca han perdido cuota de mercado, pasando del 40,5% en el 2008 al 20,3% el año pasado, mientras que las cadenas se situaron en el 41,5% en el 2022. El fin de las temporadas intermedias añade nueva presión.