Quiénes son los activistas que han sido asesinados en México por defender al medio ambiente
2020 fue un año muy violento en el activismo en México, ya que ocurrieron 30 asesinatos de defensores de la tierra y el ambiente, es decir, un aumento del 67 por ciento con respecto a 2019, pero en lo va de este año, por lo menos tres defensores del agua han sido asesinados.
De acuerdo con el reporte anual de la organización británica Global Witness, Last Line of Defense, The industries causing the climate crisis and attacks against land and environmental defenders (Última Línea de Defensa, Las industrias causantes de la crisis climática y los ataques contra los defensores de la tierra y el medio ambiente), México se ubica en el segundo país con más crímenes hacia activistas y a escala global, se presentaron 227 ataques.
Según cifras de instituciones como Amnistía Internacional (AI), Global Witness y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, en un informe de 2018, se contabilizaron 108 asesinatos de activistas en México en una década, de los cuales, 86 eran indígenas.
Entre los defensores que fueron asesinados en México en 2020, se encuentran: Adán Vez Lira, Daniel Sotelo, Homero Gómez, Ismael Cruz, Jesús Miguel Jerónimo, Isaac Medrano, Juan Aquino González, Miguel Vázquez, Miguel Migueleño, Pablo Guzmán, Juan Zamarripa, María Agustín, Rodolfo Díaz, Maurilio Hernández, Reynaldo Bautista, Paulina Gómez y Tomás Martínez.
En Tecate, Baja California, el 24 de septiembre de 2020, fue asesinado Óscar Eyraud Adams, defensor en su comunidad Kumiai de Juntas de Nejí, tras el despojo provocado por pozos de agua de empresas trasnacionales en ese municipio
En Jiutepec, Morelos, Isaac Herrera Avilés fue asesinado en su propio hogar, era defensor de la reserva natural Los Venados, donde se pretendía construir un complejo habitacional, asimismo, era representante legal de los 13 pueblos en defensa del manantial Chihuahuita.
En lo que va de 2021, se han registrado al menos 28 asesinatos contra defensores ambientales y líderes indígenas.
En julio, fueron asesinados a tiros el defensor del medioambiente David Díaz Valdez, en la ciudad de Manzanillo, estado de Colima, y el defensor de derechos humanos de los pueblos indígenas Simón Pedro Pérez López en el municipio de Simojovel, estado de Chiapas.
A principios de marzo de 2021, fue asesinado Jaime Jiménez Ruiz, quien se oponía a la construcción de proyectos hidroeléctricos en Río Verde, Oaxaca. El 8 de junio, Luis Domínguez Mendoza, líder de la tribu yaqui, fue ultimado en el centro de Ciudad Obregón, municipio de Cajeme, Sonora.
Fue el 21 de junio cuando se confirmó que el cuerpo hallado al sureste de Vícam, Sonora el 18 de ese mes, corresponde a Tomás Rojo Valencia, quien de igual forma, fue líder de la tribu yaqui y portavoz de los pueblos en resistencia durante la construcción y operación del acueducto Independencia en la entidad.
De acuerdo con Global Witness, la tala de bosques generó más ataques mortales contra defensores ambientes en 2020.
Por otra parte, al menos 30 por ciento de los ataques se han registrado están directamente relacionados con la explotación de recursos, así como la explotación forestal, la minería y la agroindustria a gran escala, así como las represas hidroeléctricas y otro tipo de infraestructura.
El pasado 5 de julio David Díaz Valdez, defensor del medioambiente, fue asesinado a balazos en el interior de su vehículo, en el municipio de Manzanillo, estado de Colima.
“David siempre dijo que no tenía enemigos, lo quería mucho la gente y decía que como ciudadanos y personas teníamos derechos y había que reclamarlos, hablar y decir lo que estaba mal”, contó Sofía Geovana Arreola, quien trabajó de cerca con el defensor en los últimos tres años.
La lucha de Díaz Valdez fue por mejor las condiciones de la comunidad donde nació llamada Campos, en Manzanillo, que se ubica frente a termoeléctrica General Manuel Álvarez Moreno.
Inaugurada el 1 de enero de 1982, la instalación que opera en ese balneario del océano Pacífico la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha traído muchos dolores de cabeza a la población desde su construcción, además de la proliferación de enfermedades durante su operación, según activistas.
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