Otis: Confusión para muchos, y una bofetada para Morena – El Diario de Chihuahua
Acapulco de Juárez, Guerrero, un lugar de contrastes; por un lado, grandes y lujosos edificios turísticos y fuertes inversiones extranjeras de la industria sin chimeneas; por otra parte, un ejército de pobres que subsisten de la actividad de servicios, el turismo y la pesca. La agricultura y ganadería son prácticamente irrelevantes; además de la poca inversión industrial, salvo pequeños talleres artesanales y la economía informal.
Acapulco, un imán que ha atraído parte de la población rural con su aparente desarrollo, aglutina un 24% de la población estatal que, seducidos por actividades turísticas y de servicios, son, sólo un paliativo de subsistencia a los más pobres.
¿De qué habrán de vivir los más pobres, después que el huracán Otis devastó Acapulco y sus alrededores?
Hay un gran clamor de habitantes y lugareños de Acapulco y circunvecinos, pues la devastación del fenómeno ha afectado por parejo a todos, pero más a los pobres: sin vivienda, medio de transporte, sin energía, agua potable y alimentos y, además, sin empleo. Una crisis humanitaria de alcances insospechados, ¡Como una localidad devastada por la guerra por capricho de la naturaleza!
Ante este sombrío panorama, el gobierno Federal frena la ayuda humanitaria. ¡Mira qué cómodo el presidente! Sí quiere la ayuda de las organizaciones civiles para Guerrero, pero, retienen a los camiones y que los reparta el ejército: hacer caravana con sombrero ajeno.
Mientras tanto, 800 mil damnificados con hambre, sed e incertidumbre, y 120 hospitales y clínicas afectadas; además, el temor a la rapiña y despojos, ante el nulo Estado de Derecho, por un régimen hipócrita y timorato, incapaz de defender a su población, cuya Guardia Nacional sirve para tres cosas (…) Es pasmosa la falta de respeto de López Obrador, al afirmar que, “nos fue bien” incluyéndose él como sufriente, obvio, en un palacio no se sufre. Minimizando la catástrofe, afirmando que son sólo unos 27 muertos. (Aunque la cifra oficial son 48 muertos, 36 desaparecidos y contando)
A esos muertos habría que sumarle un incuantificable número de desaparecidos y cuerpos de pescadores que han aparecido flotando en el mar. Según lancheros locales, la cifra podría ascender a unos cien muertos, entre pescadores, marinos y personas sepultadas. Nota de Manuel Espino. EL UNIVERSAL 29/10/2023.
¿De dónde saldrán los recursos para apoyar a esos centenares de miles de damnificados?
Los 109 fideicomisos extinguidos por decreto del presidente en 2020, junto al Fondo Nacional de Desastres Naturales, (FONDEN) por supuesta corrupción y ningún responsable preso, que llegó a contar con 30,400 millones de pesos, y que servía para paliar catástrofes naturales, no se perdieron, nomás cambiaron de dueño, al igual que el de los trabajadores de la Corte.
Hoy, sus absurdas decisiones, como un boomerang, o como quien escupe hacia arriba, los golpean en la cara. No puede haber bofetada más relevante de la naturaleza a las decisiones erráticas de un presidente: el huracán Otis.
¿De dónde saldrá el dinero para reconstruir Acapulco?
La cancelación de pensiones a adultos mayores de clase media y alta, es decir, los que no tienen necesidad, podrían transferirse a aquellos que quedaron en la miseria. Salvo que hay un problemita: el régimen es populista. Al parecer, en la praxis, la máxima de este gobierno no es primero los pobres, sino fortalecer a los ricos.
Otra posibilidad es que el gobierno se endeude aún más, para la reconstrucción, beneficiando con ello, a los consorcios hoteleros; las divisas del turismo no se quedan en Acapulco totalmente, fluyen de nuevo al exterior.
¿Cómo endeudarse si el régimen ya debe casi dos billones? pagarán los contribuyentes cautivos. ¿Cuánto te descuentan a ti joven que trabajas, por semana y mensualmente sólo de impuestos? Tú pagas. Todos pagamos.
Al estilo del viejo PRI, López Obrador, al ocaso de su mandato, ha heredado una deuda pesadísima, cómo le hará quien resulte electa candidata o candidato, porque se necesita una reforma fiscal, y no es muy popular cobrar impuestos.
Dice el presidente que no ha ido a la zona de desastre por “no hacer un show”, pero el show lo hace a diario por televisión, como hacía Hugo Chávez en su programa”Aló presidente”.
Hoy sufrimos los embates de dos fenómenos, uno de origen natural y otro político, ambos son letales y devastadores. ¿Cuál es más pernicioso, López Obrador o el huracán Otis?