Estudio alerta de la sobreexplotación crónica de los acuíferos en Chile Central
Un estudio publicado en la revista científica de alto impacto «Science of the Total Environment» revela, con datos y gráficos, la situación de sobreexplotación en que se encuentran los acuíferos en la zona central de Chile en las últimas cinco décadas (1970 y 2020). El trabajo, titulado «The alarming state of Central Chile’s groundwater resources: A paradigmatic case of a lasting overexploitation» («El estado alarmante del agua subterránea de Chile Central: Un caso paradigmático de prolongada sobreexplotación»), fue elaborado por los investigadores Dr. Matías Taucare y Dra. Linda Daniele, del Departamento de Geología y del centro CAPTA de la Universidad de Chile, el Dr. Benoît Viguier (Université Côte d’Azur, Francia) y el MSc. Ronny Figueroa (Université de Neuchâtel, Suiza).
El equipo investigador, que trabajó más de un año en la recopilación, procesamiento y análisis de datos, enfocó su trabajo en los datos históricos de nueve cuencas de la zona central de Chile (Petorca, La Ligua, Aconcagua, Maipo y Rapel, más las cuencas costeras de Puchuncaví, Valparaíso, Santo Domingo y Pichilemu). La recopilación de información abarcó cinco décadas, desde 1970 hasta 2020.
Considerando que el suministro de agua «es una preocupación mundial» y que los recursos de agua subterráneas «desempeñan un papel crucial», el trabajo se propuso medir la evolución de los niveles de agua y su bombeo para el uso en superficie entre 1970 y 2020 en las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins, analizando 26 mil derechos de agua subterránea y 222 pozos de observación. El análisis de los datos históricos concluyó que las extracciones de agua subterránea aumentaron de 498 hm3 en 1970 a 8.883 hm3 en 2020, es decir, en un 1.684%.
Descenso significativo
Además, se identificaron descensos notables en pozos ubicados en las comunas de Cabildo, San Felipe, Casablanca (Valparaíso), Huertos Familiares, Polpaico, Maipú (Metropolitana) y Rancagua (O’Higgins). En algunos casos, se registraron descensos de más de 20 metros en los niveles de agua en tan solo una década. «Los ejemplos extremos se encontraron en La Ligua y San Felipe, donde se documentaron descensos aproximados de 50 metros desde 2010, equivalente a la altura de un edificio residencial de 20 pisos», detalla el Dr. Taucare, primer autor del estudio.
El estudio describe tres momentos en esta historia: Un régimen hidrodinámico estable entre 1970-1988, una disminución sostenida después de 1988 y un declive abrupto en los niveles de agua subterránea a partir de 2010. Una de las incógnitas claves del estudio se centró en determinar si la disminución en los niveles de agua se debía a la sequía o a la sobreexplotación. Para ello, los investigadores compararon tres variables: las tasas de descenso de los pozos, el volumen de extracción de agua y las variaciones de lluvia año tras año.
«Antes de los años noventa existía un régimen hidrodinámico donde la recarga era mayor al bombeo, pero a partir de esa fecha los datos muestran un desequilibrio crónico de los acuíferos de Chile central debido a que las extracciones superaron las tasas de renovación del recurso. Por lo tanto, los datos indican que los acuíferos en Chile central están en un estado de sobreexplotación desde 1988», dice el Dr. Taucare. «Los resultados de este trabajo demuestran que los descensos de agua subterránea se deben a la sobreexplotación, pero no a los cambios en las precipitaciones. La megasequía solo llegó a exacerbar la profundización de los niveles de descenso», complementa.
Implicaciones sociales
Este problema tiene repercusiones sociales significativas, aseguran los investigadores. La sobreexplotación implica que el agua se encontrará a mayores profundidades y se volverá menos accesible para las personas con menos recursos, lo que contribuye a aumentar las desigualdades de acceso al agua. Es importante destacar que esta problemática no es exclusiva de Chile, ya que fenómenos similares se han registrado en lugares tan diversos como España, California (EE.UU.), Jordania e India, entre otros países.
«El agotamiento de los acuíferos es una tendencia mundial, y Chile no es la excepción», resume el estudio.