La bacteria E. coli puede “heredar” recuerdos
Algunas bacterias tienen la capacidad de transmitir sus estrategias de sobrevivencia a otras mediante la distribución química de recuerdos. Científicos de la Universidad de Austin, Texas, identificaron que la Escherichia coli utiliza el hierro de su sistema y del entorno como una forma de almacenar información y transferir «memorias» a las nuevas generaciones de bacterias.
La bacteria E. Coli puede comportarse como un protoenjambre. Aunque no posee un cerebro en sentido estricto, tiene la habilidad de unirse a un colectivo que, a su vez, se comporta de forma dirigida para lograr su objetivo: moverse y sobrevivir. Los biólogos también han reportado que una vez que millones de bacterias se agrupan, la siguiente generación puede mejorar su rendimiento de movimiento. La capacidad de las bacterias para transmitir sus experiencias estaba documentada, pero hasta hace poco se desconocía el funcionamiento del mecanismo de «recuerdo».
Las bacterias graban información como una computadora
Un artículo de los Proceedings of the National Academy of Sciences define que la memoria de las bacterias E. coli funciona como el almacenamiento de una computadora tradicional. Su sistema es capaz de recopilar información de su entorno sin razonarla. Almacenar información de un ambiente familiar permite que la bacteria acceda a ella para imitar o modificar comportamientos en su beneficio con mayor velocidad.
El hierro, uno de los elementos más abundantes de la Tierra, es clave en los recuerdos de las E. coli. Las bacterias necesitan hierro para sobrevivir y son capaces de identificar si el ambiente es rico o pobre en el micronutriente. Los estudios realizados en la Universidad de Austin se enfocaron en relacionar la deficiencia de hierro con el almacenamiento y transferencia de los recuerdos. Según los resultados obtenidos, los enjambres con niveles bajos de hierro se movían mejor. En cambio, aquellos con niveles altos del metal no se desplazaron, y optaron por formar biopelículas sólidas, densas y pegajosas. El recuerdo del entorno con carencia de hierro persistió durante al menos cuatro generaciones y desapareció por completo en la séptima.
Las bacterias heredan la forma moverse
Los científicos proponen que cuando no hay hierro, se activan las memorias de las bacterias, lo que les indica que deben formar un enjambre móvil para dirigirse a un área más favorable y asegurar su supervivencia. Para llegar a esta conclusión, los científicos realizaron más de 10 mil ensayos con enjambres de organismos unicelulares.
“Mostramos sin ambigüedades que la base molecular de esta memoria son los niveles de hierro celular disponible. El acto de enjambre condiciona las células con este recuerdo. Dado el papel central del hierro en el metabolismo celular, una memoria basada en hierro podría ofrecer la ventaja de proporcionar un centro que conecta varias respuestas al estrés, como la supervivencia de los antibióticos y las biopelículas”, explica el artículo.
La Escheriquia coli puede causar diarrea, infecciones en las vías urinarias, enfermedades respiratorias e incluso infecciones en el torrente sanguíneo. Identificar el mecanismo que activa los recuerdos de la bacteria tiene el potencial de subsanar algunas de las complicaciones asociadas a su tratamiento, como la resistencia a los antibióticos, señala la Universidad de Austin.