Científicos creen que en Mercurio puede haber vida, y la culpa la tienen sus glaciares de sal
Mercurio es el planeta más pequeño de nuestro sistema solar, y el planeta más cercano al Sol, por lo que prácticamente científicos de todo el mundo han descartado que exista vida en el mismo, pero podrían haber estado equivocados durante todas estas décadas.
Mercurio parece un lugar inhóspito para la vida, y no obstante, sus temperaturas superficiales sobrepasan los 400 °C, por lo que aparentemente ninguna forma de vida podría desarrollarse en un entorno tan abrasador.
Sin embargo, una reciente investigación señala que ciertas regiones en Mercurio pueden contener condiciones adecuadas para que exista vida, aunque en este caso sería microbiana.
En concreto, así lo señala una reciente investigación de científicos del Instituto de Ciencias Planetarias (PSI) en Arizona, que afirman que han encontrado evidencia de glaciares de sal en la superficie de Mercurio.
Consideran que estos glaciares de sal son regiones similares a los ambientes más extremos ricos en sal de la Tierra, donde la vida todavía es posible.
“Específicos compuestos de sal en la Tierra crean nichos habitables incluso en algunos de los entornos más hostiles donde se encuentran, como el árido desierto de Atacama en Chile», dijo Alexis Rodríguez, científico de PSI y autor principal del artículo publicado en Planetary Science Journal.
No obstante, no es descabellado lo que dicen porque la sonda Messenger de la NASA cuando sobrevoló Mercurio descubrió que el planeta contenía compuestos volátiles como el sodio, el azufre, el cloro y el potasio que científicos anteriores pensaban que no eran posibles en este planeta debido a su proximidad al Sol y por la falta de atmósfera.
Estudiaron estas regiones para su investigación
Ahora los investigadores se han centrado en dos zonas del planeta, en concreto el cráter llamado Raditladi y una región más al polo norte llamada Borealis Chaos.
Al estudiar estas regiones concluyeron que había una cantidad considerable de estos compuestos volátiles, en concreto, en zonas subterráneas en glaciares que acaban quedando descubiertos por el impacto de asteroides.
Los científicos en esta investigación sugieren que estas capas de sal se formaron de forma original en el pasado lejano del planeta al momento de que los volcanes expulsaron vapores de agua que cuentan con sodio.
Luego esto se condensa en charcos temporales de agua, y tras evaporarse por acción del Sol, se dejaba atrás el sodio que se acumulaba en capas durante miles de millones de años.
En concreto estas capas podrían contener algún tipo de evidencia de vida, tal como propone el equipo, y eso tras hacer comparaciones con las extremas piscinas de sal de nuestro planeta que contienen vida microbiana.