Día Internacional del Jaguar: tres historias de conservación del félido más grande de América
- Cuentos del jaguar en Ecuador, un programa de coexistencia en Perú y el monitoreo a largo plazo en Bolivia son las experiencias que se están realizando en América Latina para proteger a la Panthera onca.
- El jaguar es una especie emblemática amenazada por la pérdida de su hábitat, el tráfico de sus colmillos hacia mercados asiáticos y los conflictos con las personas.
Dibujos que tienen como protagonistas a jaguares, y que fueron realizados por niños ecuatorianos, ilustran cuatro cuentos creados en las comunidades de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno. Quienes impulsaron esta iniciativa buscan ayudar así a la conservación del jaguar en la Amazonía de Ecuador.
En Perú, la organización San Diego Zoo Wildlife Alliance trabaja con los gobiernos regionales de tres departamentos amazónicos para buscar soluciones al conflicto entre las personas y los jaguares a través de programas de coexistencia.
Y en Bolivia, Wildlife Conservation Society (WCS) lleva más de 20 años monitoreando al jaguar en el Parque Nacional Madidi. Esta experiencia ha permitido conocer el estado de la población de la especie en el área protegida, pero también entender todo el ecosistema con una visión de conservación a nivel de paisaje. Ahora, la organización tiene entre sus planes realizar este mismo esfuerzo en los Llanos de Moxo.
En el Día Internacional del Jaguar, que se conmemora este 29 de noviembre, Mongabay Latam explora estas tres iniciativas que trabajan en la protección de esta especie emblemática de América que, en la actualidad, tiene amenazada su existencia por la pérdida de su hábitat, el tráfico de sus colmillos hacia los mercados asiáticos y los conflictos con las personas.
Ecuador: los cuentos del jaguar
Los dibujos realizados por niños de cuatro comunidades indígenas, ubicadas en la ribera del río Aguarico, dentro de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, inspiraron una iniciativa literaria que, además, se transformó en una herramienta para hacer conciencia sobre la importancia de proteger a los jaguares y su hábitat.
Fueron los pequeños de las comunidades de Zancudo Cocha, Siekoya Remolino, Cofán de Zábalo y Shuar de Taikua, quienes a través de imágenes empezaron a contar la relación de su pueblo con el jaguar (Panthera onca).
Así surgieron las cuatro historias, una en cada pueblo, que tienen al jaguar como protagonista para abordar los temas claves que afectan a esta especie, pero también a las comunidades, entre ellos la deforestación, la desertificación, el avance de la frontera agrícola y la urbanización.
“Necesitábamos generar materiales educativos que nos pudieran ayudar en la conservación del jaguar, pero también queríamos valorar el conocimiento cultural”, cuenta Sofía Bustamante Guevara, oficial de Educación del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) de Ecuador.
El primer paso del proyecto fue investigar cuál era la visión de las comunidades sobre el jaguar. Esto se hizo a través de los dibujos. “Les pedimos que dibujen jaguares y encontramos muchísimo dibujos del jaguar en relación a la escopeta, al conflicto y a las presas. Y muchísimo miedo”, cuenta Bustamante.
Sin embargo —comenta Bustamante—, cuando preguntábamos en qué animal de la selva se quisieran convertir, todos querían ser el jaguar, pues al félido lo ven poderoso y fuerte.
Con estos dibujos se empezaron a armar las historias. Para ello utilizaron el Kamishibai, que es una estructura que asemeja un escenario en el que se van poniendo las láminas con los dibujos. “Es un teatro de papel, un elemento japonés muy antiguo donde vas cambiando las imágenes y contando o leyendo la historia”, explica Bustamante.
Las láminas con los dibujos son independientes, de tal forma que se pueden colocar en cualquier orden y contar historias diferentes, por ello funciona perfectamente con la oralidad.
De esta experiencia surgió “¿A dónde se fue la lluvia?“, que habla sobre la ausencia de lluvias y su relación con la deforestación. “Los sembríos están secos porque cada vez hay menos árboles. Si desaparece el bosque no habrá lluvia ni ríos, y la tierra se secará y todos tendremos hambre”, reflexiona el jaguar hembra que protagoniza este cuento.
En la historia del “El ceibo y el duende” se aborda el problema de la construcción de carreteras en la selva y su impacto en la biodiversidad. “Todos tenemos nuestro hogar, nuestro lugar seguro en la selva. Los nidos en forma de gota de las oropéndolas, las delicadas telas de las arañas, las altas casas de madera de los Siekopai. Yo tengo al ceibo y tus crías descansan en su madriguera. Todos estos hogares son nuestra selva, por eso soy feroz en defender a este sabio y viejo ceibo”, dice un personaje de este cuento que conversa con una niña que se disfraza de jaguar.
“La corona mágica” y “La vida continúa” son los otros dos cuentos que integran la colección. Todas estas historias, además, han sido traducidas a los idiomas de cada una de las comunidades.
En este proceso creativo, Paula Terán transformó los dibujos de los niños en las láminas que sirven de soporte para contar estar historias. Mientras que María Paz Dávila y María Vallejo se unieron a Terán para elaborar los textos que fueron surgiendo de los dibujos y las narraciones orales.
Perú: la coexistencia con el jaguar
Lobo es un perro que se salvó de las garras de un jaguar. La mascota de Benigno Herrera, productor de castañas que integra la Asociación de Productores Agropecuarios de la Comunidad Bajo Madre de Dios Margen Derecha, había sido atrapado por el félido mientras dormía en el exterior de la casa de Herrera. Para suerte de Lobo, su dueño pudo salir a su rescate y lograr su liberación.
Tras el incidente con el perro, la asociación convocó a los representantes de la Gerencia Forestal y de Fauna Silvestre de Madre de Dios, y a sus aliados deSan Diego Zoo Wildlife Alliance, para que realizara un proyecto piloto como parte del programa de coexistencia del Proyecto Jaguar, que ejecuta esta organización en Madre de Dios, Loreto y Ucayali, en coordinación con los gobiernos regionales de estos departamentos.
“Lo que se busca es que ambos grupos —personas y animales silvestres, en este caso los jaguares— puedan vivir con cierta armonía en el entorno que comparten”, comenta Paloma Alcázar, especialista en coexistencia del San Diego Zoo Wildlife Alliance.
La especialista cuenta que como parte del Proyecto jaguar, desde el año 2018, empezaron a levantar información sobre la situación de las interacciones negativas que ocurrían con los jaguares, debido al crecimiento demográfico y a la pérdida de hábitat.
Fue así que se realizaron encuestas en las tres regiones —Loreto, Ucayali y Madre de Dios— para ahondar, comprender y tener un mapa de lo que puede estar ocurriendo en los bosques amazónicos de estas regiones. “Con esta información empezamos a delimitar el trabajo y definir hacia dónde orientar los esfuerzos”, señala Alcázar.
La especialista explica que trabajan con los gobiernos regionales para que se comprenda la complejidad del problema del conflicto entre los humanos y los animales silvestres y, de esta forma, se generen soluciones de manera conjunta.
“Muchas interacciones negativas se dan por lo que nosotros llamamos retaliación —castigo o venganza—, tras el ataque del jaguar a los animales domésticos o al ganado. Sin embargo, la eliminación de estos felinos también se da por miedo o como un intento de evitar más pérdidas”, explica Alcázar.
La experta del San Diego Zoo comenta que los comuneros ya están mostrando una mayor tolerancia hacia los félidos: “Recuerdo que en las primeras reuniones algunos pobladores decían ‘hay que expulsar a ese jaguar’, y ahora codiseñan una estrategia propia, con la que estamos colaborando, para prevenir impactos negativos en ellos y en los jaguares”.
Alcázar explica que para realizar el diagnóstico de las situaciones de riesgo y buscar soluciones se están realizando talleres en cada una de las regiones. En estos encuentros participan las autoridades locales y regionales, junto con representantes de las comunidades locales que son parte de los conflictos con los jaguares.
“Primero se identifican las situaciones de riesgo, luego generamos una lista de acciones concretas a problemas concretos como e una falta de manejo adecuado del ganado y de los animales domésticos. Una de esas prácticas es, por ejemplo, la implementación de buenos modelos de gallineros que realmente protejan a las gallinas”, dice Alcázar.
Las soluciones dependen del tipo de conflicto, a veces son técnicas para mejorar las prácticas de manejo de sus animales. También se elabora material informativo, para que la percepción del riesgo sea más ajustada a la realidad o para que pueda orientar a los pobladores sobre qué hacer ante un encuentro con un jaguar.
En el caso de Lobo, por ejemplo, Alcázar cuenta que después de que se salvara del encuentro con el jaguar, su dueño decidió no dejarlo dormir fuera de casa. Ahora Lobo descansa tranquilo cada noche dentro del hogar.
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Bolivia: el monitoreo a largo plazo
“Un gran enfoque para la conservación del jaguar, así como de otras especies y el medio ambiente en general es el compromiso de generar la conservación a nivel de paisaje”, señala Robert Wallace, director del Programa de Conservación del Paisaje del Gran Madidi-Tambopata, de la organización Wildlife Conservation Society (WCS).
El jaguar necesita mucho espacio —explica Wallace—, entonces para conservar poblaciones de jaguares necesitamos pensar en espacios grandes, por eso la importancia de las áreas protegidas y otros espacios como los territorios indígenas que tienen condiciones favorables para la conservación de la vida silvestre y la biodiversidad.
“Las áreas protegidas, en conjunto con otros espacios, permiten niveles y esfuerzos de conservación a una escala que garantiza la conservación de las especies-paisaje; si logramos conservar estas especies, también vamos a conservar un buen porcentaje de la biodiversidad”, comenta Wallace.
Las especies-paisaje son aquellas que usan áreas extensas, son ecológicamente diversas y tienen un impacto significativo en los hábitats. El jaguar es considerada una de ellas.
Wallace explica que WCS lleva 25 años en el trabajo de monitoreo del jaguar y otras especies-paisaje. “Empezamos a monitorear el jaguar en sitios que pueden darnos una ventana para conocer lo que está pasando con esta especie. En el caso del Parque Nacional Madidi, por ejemplo, tenemos tres sitios de monitoreo a largo plazo. Uno en la frontera con Perú, en el río Heath; otro en un lugar bastante aislado que es el Alto Madidi; y un tercero en los Valles de Tuichi y Hondo que son importantes como destinos turísticos a nivel nacional”.
Este monitoreo que lleva más de 20 años ha permitido constatar que las poblaciones de jaguar en el Madidi han aumentado. “Es el resultado de la gestión de las áreas protegidos, de los esfuerzos de los guardaparques, del compromiso de los pueblos indígenas que se sobreponen o colindan directamente con el parque. También es el esfuerzo de diferentes instituciones y del compromiso del Estado con las áreas protegidas”, agrega Wallace.
El especialista de WCS destaca el compromiso de los pueblos indígenas, pues sus comunidades han sido los principales defensores del Madidi y de las áreas protegidas en general. “Esto es sobresaliente”.
En cuanto a los resultados del monitoreo del jaguar, Wallace señala que desde que se inició el monitoreo, en el año 2001, la población se duplicó en algunas zonas y aumentó hasta tres veces en otros sectores.
Actualmente se está realizando un nuevo análisis de la información de las cámaras trampa recogida este año.
Wallace explica que una variable que se analizará es el descenso de las poblaciones de huanganas o pecaríes, la presa favorita de los jaguares. Los troperos o pecaríes, según cuenta Wallace, han desaparecido desde hace cinco años, por tanto, la evaluación que se está haciendo ahora permitirá saber cuál ha sido el impacto en los jaguares.
El trabajo en en el Programa de Conservación Gran Madidi-Tambopata también significa la cooperación entre Bolivia y Perú, pues se trata de un paisaje en ambos lados de la frontera de estos países.
La colaboración ha significado la estandarización de metodologías, el trabajo articulado de los servicios de áreas protegidas en ambos países en un protocolo de monitoreo transfronterizo para el jaguar. La labor conjunta garantiza que si se detectan cambios, se puede reaccionar de manera conjunta para atender y responder a cada situación.
* Imagen principal: Dibujo del cuento La corona mágica. Foto: WWF Ecuador.
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