Este ‘dragón’ japonés aterrorizó los mares hace 72 millones de años
Entre las piedras y la arena de un gran río en Japón se escondían los restos de un animal ‘mitológico’. Tras más de 15 años de examinación, unos fósiles hallados en 2006 en tierras niponas han permitido describir un mosasaurio similar a un gran tiburón blanco, que aterrorizó los mares del Pacífico hace 72 millones de años.
La peculiaridad de este monstruo se encuentra en sus aletas traseras extralargas, que podrían haberle ayudado a la propulsión junto con su larga cola. Y a diferencia de otros mosasaurios, o grandes reptiles marinos extintos, tenía una aleta dorsal parecida a la de un tiburón que le habría ayudado a girar rápidamente y con precisión en el agua.
El hallazgo, descubierto por el profesor asociado Takuya Konishi de la Universidad de Cincinnati y sus coautores internacionales se ha publicado en el ‘Journal of Systematic Paleontology’. Este monosaurio recibió su nombre del lugar donde fue encontrado, la prefectura de Wakayama. Los investigadores lo llamaron ‘Wakayama Soryu’, que en japonés se traduce como dragón azul. «En China los dragones provocan truenos y viven en el cielo, pero en el folclores japonés son criaturas acuáticas», explicó Konishi en un comunicado para justificar su apodo mitológico.
Este espécimen en concreto fue descubierto a lo largo del río Aridagawa en Wakayama por el coautor Akihiro Misaki en 2006. El investigador estaba buscando fósiles de invertebrados cuando encontró un fragmento oscuro entre la piedra y la arena. En un principio dudó de si examinarlo, al no discernir si era un fósil o una piedra, pero la curiosidad le pudo. Un examen más detenido reveló que se trataba de una vértebra, parte de un mosasaurio casi completo capturado en la dura arenisca.
De hecho, se trata del esqueleto más completo de un mosasaurio jamás encontrado en Japón o en el noroeste del Pacífico, según los investigadores. «En este caso, se trataba de casi el espécimen completo, lo cual fue asombroso», agregó Konishi .
Superdepredador contemporáneo al T-Rex
Los mosasaurios fueron superdepredadores en los océanos prehistóricos desde hace unos 100 millones de años hasta hace 66 millones de años, contemporáneos del T-Rex y otros dinosaurios del Cretácico tardío que gobernaron la Tierra. Sobrevivieron a cualquier depredador, pero fueron víctimas de la misma extinción masiva que acabó con casi todos los dinosaurios cuando un asteroide chocó contra lo que hoy es el Golfo de México.
Los investigadores ubicaron el espécimen en la subfamilia Mosasaurinae y lo llamaron Megapterygius wakayamaensis para reconocer dónde fue encontrado. Megapterygius significa «alado grande», en consonancia con las enormes aletas del mosasaurio que podía utilizar para moverse con gran velocidad.
Otro reptil marino prehistórico, el plesiosaurio, usaba sus aletas para propulsión, pero «no tenía una cola larga parecida a un timón», dijo el investigador. «Carecemos de cualquier análogo moderno que tenga este tipo de morfología corporal, desde peces hasta pingüinos y tortugas marinas», dijo. «Ninguno tiene cuatro aletas grandes que usan junto con una aleta caudal».
Los investigadores especularon que las grandes aletas delanteras podrían haberle ayudado con maniobras rápidas, mientras que sus grandes aletas traseras podrían haber proporcionado la inclinación necesaria para sumergirse o salir a la superficie. Y presumiblemente, al igual que otros mosasaurios, su cola habría generado una aceleración poderosa y rápida mientras cazaba peces.
«Es una cuestión de cómo se utilizaron estas cinco superficies hidrodinámicas. ¿Cuáles fueron para la dirección? ¿Cuáles para la propulsión?» él dijo. «Esto abre toda una lata de gusanos que desafía nuestra comprensión de cómo nadan los mosasaurios».
El posible antecesor a los delfines y las marsopas
El ‘Wakayama Soryu’ aparentemente tenía una aleta dorsal, basada en la orientación de las espinas neurales a lo largo de sus vértebras. El estudio encontró que la orientación de estas espinas es notablemente similar a la de una marsopa común, que también tiene una aleta dorsal prominente.
«Aún es hipotético y especulativo hasta cierto punto, pero ese cambio distintivo en la orientación de la columna neural detrás de un presunto centro de gravedad es consistente con las ballenas dentadas de hoy que tienen aletas dorsales, como los delfines y las marsopas», dijeron en el estudio.