La Fed adoptó nuevas reglas que prohíben a altos funcionarios comprar acciones
Los directores de dos bancos centrales de la zona euro poseen deuda soberana comprada por el Banco Central Europeo (BCE). El economista jefe de otro guardián de la estabilidad monetaria posee acciones de un importante banco de inversión. Dos funcionarios de un tercero tienen activos financieros que posiblemente se beneficiaron de la actuación del banco central.
Al endurecer las reglas sobre las inversiones personales de sus altos funcionarios, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) puso de manifiesto cómo el personal de varios bancos centrales importantes tienen más activos financieros, lo que provocó dudas acerca de la posibilidad de que existan conflictos de interés.
Mientras que el Banco de Japón prohíbe las operaciones con cualquier tipo de instrumento financiero, con excepción de depósitos, pólizas de seguro y bonos de gobierno —con una prohibición incluso de ellos en los siete días anteriores a una reunión de política monetaria— otros bancos centrales permiten más libertad. En la zona euro, el Reino Unido, Canadá y Suecia, los altos funcionarios de los bancos centrales pueden, bajo ciertas condiciones y a veces con aprobación previa, operar acciones y bonos de compañías, aunque no de instituciones financieras.
El hecho de que la expansión cuantitativa —el enfoque de la flexibilización monetaria, alguna vez radical pero ampliamente adoptado desde la crisis financiera de 2008— implique la compra por parte de los bancos centrales de activos financieros del Estado y a veces de las empresas que puedan poseer los funcionarios, hace que la cuestión pase a primer plano.
Bajo escrutinio
El BCE declaró al Financial Times que Isabel Schnabel, quien se incorporó a su comité ejecutivo en 2020, había vendido este año acciones que poseía en más de 30 compañías individuales —casi un tercio de las cuales tienen bonos comprados por el BCE— “para evitar incluso la apariencia de un conflicto de interés”. Una revisión de la ética del BCE también trata de armonizar y potencialmente endurecer conjuntos de normas que se traslapan.
La cuestión también saltó a la palestra en el Banco de Inglaterra, donde el nuevo economista jefe, Huw Pill, declaró ante el Parlamento que poseía acciones del banco estadunidense Goldman Sachs, su anterior trabajo. Pill dijo que esperaba convertir las acciones en efectivo o en deuda para evitar crear un posible conflicto de intereses con una institución financiera.
El Riksbank de Suecia también está bajo escrutinio después de que se encontró que su gobernador, Stefan Ingves, y su vicegobernadora, Cecilia Skingsley, poseen acciones en varias compañías cuya deuda fue comprada por el banco central.
Ingves fue convocado a una audiencia parlamentaria para discutir el asunto y el Riksbank está revisando sus normas éticas después de que recientemente se descubriera que algunos empleados llevaron a cabo operaciones poco éticas.
El Riksbank dijo que Inves y Skingsley “adquirieron estas acciones antes de ser nombrados miembros del Consejo Ejecutivo del Riksbank y sus participaciones permanecieron sin cambio desde entonces”. Agregó que no tomaron decisiones sobre qué acciones comprar, ya que estas fueron “delegadas al departamento de mercados”.
La Fed adoptó este mes nuevas reglas que prohíben a sus responsables de la formulación de políticas y al personal de alto nivel comprar acciones individuales y una serie de inversiones más, en una medida que tiene el objetivo de acabar con el creciente furor por las operaciones de los altos cargos.
Las nuevas reglas, que según la Fed significan que sus altos funcionarios “se limitarán a comprar vehículos de inversión diversificados, como fondos de inversión”, se introdujeron tras el revuelo causado por las grandes operaciones individuales realizadas por Eric Rosengren, entonces presidente de la Fed de Boston, y Robert Kaplan, durante su gestión como presidente de la Fed de Dallas. Ambos dejaron sus cargos desde entonces.
La Fed dijo que el personal de alto nivel estará “obligado a notificar con 45 días de antelación las compras y ventas de valores, a obtener la aprobación previa para las compras y ventas de valores, y a mantener las inversiones durante al menos un año”. Además: “No se permitirán compras ni ventas durante los periodos de mayor tensión en los mercados financieros”.
Randall Kroszner, profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Chicago y exgobernador de la Fed, dijo que es probable que otros bancos centrales sigan un camino similar. “Es muy importante mantener la credibilidad del proceso de toma de decisiones de los bancos centrales y no tener ningún sesgo potencial”.
Inversiones bajo el radar
El BCE, por ejemplo, “recomienda” a los 25 miembros de su Consejo de Gobierno y a sus suplentes que pongan sus inversiones personales “bajo el control de uno o más gestores de cartera reconocidos que tengan plena discreción” sobre las decisiones de las operaciones bursátiles. Pero solo dos optaron por hacerlo —los directores de Francia y Luxemburgo— según las últimas revelaciones del banco central.
De los 25 miembros del Consejo, 11 no tenían inversiones individuales que declarar, mientras que seis solo invertían a través de fondos. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, tenía inversiones en un fondo de renta variable francés y en un fondo de bonos alemán, así como en una compañía inmobiliaria francesa que no cotizaba en bolsa.
Ocho miembro del Consejo declararon inversiones directas en acciones de empresas o en bonos de gobierno. Los gobernadores de los bancos centrales de Chipre y Malta tenían bonos soberanos de sus países, que el BCE está comprando.
Constantinos Herodotou dijo al Financial Times que compró los bonos antes de convertirse en gobernador del Banco Central de Chipre y de unirse al Consejo del BCE en abril de 2019, cuando las tenencias “se revelaron con todo detalle” y fueron examinadas por el comité de ética del BCE. Desde entonces, mencionó, “no se ha realizado ni una sola operación en ninguna de mis participaciones”.
Edward Scicluna, gobernador del Banco Central de Malta, mencionó que sus bonos se mantenían conjuntamente con su cónyuge y se compraron “muchos años” antes de su nombramiento este 2021. “Ninguno de ellos han sido, ni serán, administrados o negociados activamente”, dijo Scicluna. “Todos se están liquidando sucesivamente al vencimiento”.
No hay indicios de que Schnabel, Herodotou o Scicluna hayan actuado de forma incorrecta, y el Banco Central Europeo solo exige a su personal que solicite la aprobación previa de su oficina de cumplimiento para cualquier operación con bonos de gobierno de la eurozona cuyo valor supere los 10 mil euros.
Sin embargo, Alessia Del Vasto, del grupo de campaña Positive Money Europe, dijo que las nuevas reglas de la Fed “deberían ser examinadas de cerca” por el BCE, que solo exige que la mayoría de las demás operaciones con acciones y bonos corporativos por valor de más de 10 mil euros sean comunicadas por su personal hasta 30 días después.
Además, el BCE dijo que algunos bancos centrales nacionales de la zona euro permiten al personal invertir en instituciones financieras, algo que el personal del BCE y de la mayoría de los demás bancos centrales tiene prohibido. El Banco de Inglaterra, el Banco Nacional de Suiza y el Banco de Canadá tampoco revelan las inversiones de sus funcionarios de alto nivel.
Restricciones sobre la mesa
Al igual que la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Japón y el Banco Nacional de Suiza tomaron medidas para restringir las operaciones personales de sus funcionarios tras el escándalo.
El Banco de Japón endureció sus restricciones después de que Toshihiko Fukui, su antiguo gobernador, pidiera disculpas por haber invertido 10 millones de yenes en el Fondo Murakami, cuyo fundador, Yoshiaki Murakami, fue condenado por uso de información privilegiada en 2007 y recibió una sentencia de prisión suspendida.
En marzo de 2012, el Banco Nacional de Suiza restringió las actividades de inversión del personal de alto nivel y sus cónyuges, tras un escándalo de uso de información privilegiada que llevó a la renuncia de Philipp Hildebrand como gobernador. Se reveló que su esposa se había beneficiado de la compra de 500 mil dólares poco antes de que el banco central interviniera para que el franco suizo cayera bruscamente durante ese año.
Bajo las nuevas reglas del Banco Nacional de Suiza, sus gobernadores, adjuntos y alta dirección solo pueden invertir en depósitos bancarios, planes de inversión colectiva como fondos mutuos, fondos de pensiones o bienes inmuebles. Al igual que las nuevas normas de la Fed, no se les permite poseer acciones o bonos individuales.
El Banco de Canadá dijo que le “está dando seguimiento a la evolución de la Fed y evaluaremos hasta qué punto de sus cambios debería reflejarse en nuestras propias restricciones”, como parte de una revisión anual periódica de sus directrices sobre conflictos de interés y ética.
srgs