Un sistema solar perfecto
Nuestro Sistema Solar tiene un origen violento, en su formación se dieron diferentes fenómenos como choques, fusiones y hasta rupturas entre los distintos cuerpos que dio lugar a combinaciones extrañas de tamaños y composiciones entre los planetas, permitiendo que algunos tan grandes como Júpiter queden al lado de un planeta pequeño y muy diferente como Marte, así como también, asincronías en las vueltas que dan alrededor del sol; y ésta es la norma para casi cualquier sistema planetario que se haya descubierto, aunque existen otros que demuestran una evolución prácticamente homogénea.
Hasta el día de hoy se han descubierto 4.135 sistemas planetarios, de los cuales el 99% han tenido un inicio violento, y el 1% son sistemas planetarios intactos en resonancia, es decir, que los movimientos orbitales de sus planetas llevan cierta sincronía.
Entre ellos encontramos a HD110067, una estrella brillante con aproximadamente el 80% de la masa del sol ubicada a unos 100 años luz de distancia que tiene a su alrededor seis planetas con tamaños de 2 a 3 veces el de la Tierra y parecidos a Neptuno. Este sistema planetario presenta resonancia orbital, es decir, el tiempo que le toma dar tres vueltas completas alrededor de la estrella al planeta más interno, el planeta siguiente da dos vueltas en ese mismo tiempo, y a su vez, el tiempo que le toma al planeta más interno dar seis vueltas, el más externo da una vuelta. Definitivamente es un fenómeno muy extraño, aunque ya se han observado otros, como HD 158259 a 88 años luz, que tiene un planeta tipo Tierra y 5 mini Neptunos, y también presenta resonancia orbital.
Con estos descubrimientos, es posible estudiar los mecanismos de formación de los sistemas planetarios en la galaxia, su evolución, y en este caso, cómo es posible que puedan mantenerse en el tiempo de forma tan prístina, mostrando una perfección que en la naturaleza es muy difícil de encontrar.