Además de océanos, Marte tuvo una vez una atmósfera. Hasta que se topó con el choque del vacío
Hubo un tiempo en el que Marte, un planeta hoy en día desértico, contaba con mares, océanos, y una atmósfera notablemente más densa que hoy en día. Hasta ahora sospechábamos que los vientos solares tenían algo que ver con este cambio, pero ahora tenemos más claro qué pudo ocurrir.
Choque de vacío. La sonda MAVEN de la agencia espacial estadounidense, la NASA, ha detectado un extraño fenómeno en Marte, un choque de vientos solares de una naturaleza singular. Este se produjo por la unión de dos ondas de viento solar. Un equipo de expertos cree que un choque como este pudo haber causado la práctica desaparición de la atmósfera marciana.
Historia de un desierto. A lo largo de años de exploración de Marte hemos ido refinando nuestro conocimiento del planeta rojo. De entre todo lo que hemos aprendido quizás lo que más destaque sea que nuestro vecino contó, eras geológicas atrás, con mares y océanos en su superficie.
De aquellos mares y océanos no queda más que los rastros geológicos: cañones y deltas pueden encontrarse en distintas partes del planeta. Sin embargo Marte es hoy un desierto donde solo el hielo y la roca pueden contener el agua.
Menos radical que la desaparición de la hidrosfera marciana fue la de buena parte de su atmósfera. Hoy en día la atmósfera marciana consta de una fina capa donde el dióxido de carbono reina. Los científicos creen que los mares marcianos estuvieron en su día protegidos por una densa atmósfera semejante a la de la Tierra. La cuestión de qué pasó con ella puede haber sido resuelta.
Un cuento de navidad. El evento detectado por la sonda MAVEN se produjo el 25 de diciembre de 2022. Fue el instrumento de análisis de iones de viento solar, SWIA (Solar Wind Ion Analyzer), el que notó que algo había cambiado en su entorno.
Marte no cuenta como una magnetosfera como la de la Tierra (generada por su núcleo metálico), pero su ionosfera interactúa con el viento solar generando una “magnetosfera inducida” y con ella un arco de choque que protege al planeta de estas partículas cargadas: electrones e iones de hidrógeno.
MAVEN. La sonda MAVEN estudia simultáneamente la ionosfera del planeta rojo y los vientos solares en su entorno, orbitando de forma que parte de su órbita se produce dentro de su radio y parte de ella se produce fuera. El tiempo en el que la nave transita fuera de este campo detecta los vientos solares que llegan de nuestra estrella, pero el tiempo que transita dentro de sus límites la nave queda resguardada de estas partículas cargadas.
Pero hace un año el viento solar sufrió un abrupto cambio: la densidad de las partículas que llegaban a Marte cayó notablemente. La menor densidad ejercida por las partículas implicó que la magnetosfera se “hinchara”, y aumentara su radio y volumen, pasando a proteger todo el recorrido orbital de MAVEN de los vientos solares. Los instrumentos de la sonda habían pasado de detectar poco viento solar a estar totalmente protegidos de él.
Este vacío se prolongó durante un par de días, y para el 27 de diciembre, el campo magnético que rodea Marte recuperó su volumen habitual y la órbita de MAVEN volvió a alternar recorridos internos y externos a la magnetosfera. Los investigadores presentaron esta semana sus pesquisas en la American Geophysical Union Fall Meeting 2023.
Reconstrucción de los hechos. Los responsables de la misión supieron lo que había pasado ya que era la segunda vez que un satélite de la NASA observaba este fenómeno. La vez anterior no ocurrió en Marte sino en la Tierra. Ocurrió en 1999 y la responsable de la detección fue la sonda ACE (Advanced Composition Explorer).
Este tipo de eventos son causados cuando una ráfaga de viento solar que se desplaza de forma relativamente lenta es alcanzada por una segunda onda de mayor velocidad. La ráfaga conjunta adquiere gran intensidad pero deja tras de sí un “hueco”, una región vacía de partículas cargadas.
Se fueron y no volvieron. Al bajar la presión ejercida por estas partículas sobre la ionosfera y magnetosfera éstas se expanden, pero con ellas también puede hacerlo la atmósfera de un planeta.
En el caso de Marte, un planeta con menos masa, el alejamiento de las partículas de gas podría haber facilitado que estas dejaran de estar bajo una influencia gravitatoria suficientemente grande como para regresar después.
En Xataka | Hay quien cree que hace 50 años encontramos vida en Marte (y que acto seguido la destruimos sin querer)
Imagen | NASA, Kel Elkins, Dan Gallagher