Rusia acusa a Occidente de fomentar las protestas en Belgrado después de unas elecciones bajo sospecha de fraude
Rusia ha aparecido como actor este lunes en medio de las tensiones internas de Serbia, donde anoche miles de personas salieron a la calle para protestar por el supuesto fraude en las elecciones legislativas celebradas en ese país hace una semana. En esos comicios ganó el partido populista y nacionalista del actual presidente Aleksander Vucic, aunque la principal plataforma de la oposición exige la repetición de las elecciones después de que observadores internacionales hayan expresado sus dudas sobre la igualdad para todos los partidos que participaron en las mismas.
Según esos observadores, el partido gobernante contó con más recursos públicos, más presencia en medios de comunicación y además hizo uso partidista de las herramientas a su alcance. El partido de Vucic dobló en porcentaje a la coalición Serbia contra la Violencia, un grupo que reúne a partidos de izquierda, ecologistas y autonomistas el cual está detrás de estas protestas en la calle.
Por ello, varios manifestantes intentaron ayer acceder al interior del ayuntamiento de Belgrado. El jefe de la policía de la capital serbia, Ivica Ivkovic, ha detallado esta mañana que hay al menos 38 personas detenidas y 8 agentes de la policía heridos por el lanzamiento de todo tipo de objetos contra ellos.
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Moscú respalda a Vucic y acusa a Occidente de fomentar los disturbios en Belgrado por los que ya han sido detenidas 38 personas. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, considera «evidente» la intervención de «terceras fuerzas extranjeras» para que haya una revolución contra el gobierno serbio, al tiempo que ha reivindicado el carácter «legítimo» del ejecutivo de Vucic. El embajador de Rusia en Belgrado se ha reunido de hecho con el propio presidente serbio para oficializar ese respaldo.
El Kremlin ha negado que tenga intención de interferir en los asuntos internos de Serbia, aunque en su acusación contra los países occidentales ha recordado las manifestaciones pro-europeas en la plaza Maidán de Kiev hace una década, después de las cuales Rusia acabó interviniendo militarmente en Crimea. La primera ministra serbia, Ana Brnabic, ha agradecido además en televisión la información proporcionada por los servicios secretos rusos sobre las manifestaciones de la oposición, que planea volver a protestar esta noche.
Rusia es un aliado tradicional de Serbia, quien se mantiene en un complicado equilibrio entre esos lazos que mantiene con Moscú por motivos históricos, culturales o religiosos y sus intentos de entrar en la Unión Europea. Vucic ha ido variando de hecho su posición favorable a Rusia al inicio de la guerra de Ucrania hasta mostrar este año su respaldo a la integridad territorial ucraniana.