El astronauta Thomas Pesquet vuelve desde el espacio al placer de una ducha caliente
Durante los últimos seis meses estuvo orbitando la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (EEI).
EFE
Algo tan corriente como una ducha caliente se convierte en un “verdadero placer” si has pasado, como el astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA) Thomas Pesquet, los últimos seis meses orbitando la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (EEI).
«Suena sencillo para ti, pero es un poco más complicado para mí, porque cualquier cosa que implique un movimiento de cabeza puede marearte”, ha bromeado el astronauta en una rueda de prensa que ha tenido lugar este viernes en el Centro Europeo de Astronautas de Colonia (oeste de Alemania).
Pesquet explicó desde allí su experiencia tras regresar esta semana de la EEI y aterrizar en nuestro planeta el pasado 9 de noviembre.
La vida en la EEI, donde Pesquet ha estado desarrollando su segunda misión espacial, conocida como Alpha, puede llegar a ser muy aburrida, según ha explicado el astronauta ante los medios: «Si no tienes nada que hacer en todo el día, es una especie de prisión con muy buenas vistas. Estás limitado para hacer cualquier cosa. La actividad es lo que nos salva, por eso estamos constantemente ocupados».
Pero el ritmo del día a día en la estación espacial mantiene a los astronautas ocupados en sus estudios e investigaciones.
«Cada día es distinto. A veces hacemos medicina o fisiología, y al día siguiente nos tocan experimentos de física. Lo importante es que seamos capaces de hacer todas estas cosas y que tengamos el apoyo de todo el equipo», ha afirmado el astronauta.
Después de 199 días en el espacio, Pesquet volvió a la Tierra junto a los astronautas de la NASA Shane Kimbrough y Megan McArthur y el astronauta de JAXA Akihiko Hohside en la madrugada del pasado 9 de noviembre.
Pesquet se ha convertido así en el primer astronauta europeo en viajar al espacio y volver en una nave espacial comercial, la Crew Dragon Endeavour de SpaceX, y en el europeo que más tiempo ha pasado fuera de nuestro planeta.
La nave, que se desacopló de la Estación Espacial Internacional de manera autónoma y entró en la atmósfera terrestre abriendo sus paracaídas, aterrizó en el agua en una zona cercana a la costa de Florida (Estados Unidos) a las 03:33 hora GMT del pasado martes.
Desde allí, el astronauta puso rumbo a la ciudad alemana de Colonia, done el equipo médico de la ESA le está realizando un seguimiento mientras sigue adaptándose a la gravedad de la Tierra.
«Reanudamos el trabajo tan pronto como aterrizó el avión», ha contado Pesquet ante los medios, a los que precisó: «Tenemos que tomar muestras tan pronto como toquemos la Tierra, antes de que nos acostumbremos de nuevo al entorno terrestre».
En la conferencia también participó el director de exploración espacial de la ESA, David Parker, que señaló a la Luna como una de los próximas metas de la agencia: «Un astronauta europeo sobre suelo lunar para 2030».
«Poner un pie en la Luna sería lo más emocionante, no ha habido nunca un europeo», opinó Pesquet, que señaló esto como «el objetivo de la agencia». «La idea es volver allí durante más tiempo. Y una vez hagamos eso, haremos lo mismo en Marte».
Las investigaciones continúan
Durante su segunda misión en el espacio, llamada Alpha, Pesquet ha batido muchos de los récords espaciales de la ESA, incluyendo el del europeo que ha pasado más tiempo en el espacio.
Además de prestar apoyo a 200 investigaciones, incluyendo 40 europeas y doce nuevos experimentos liderados por la agencia espacial francesa CNES, el astronauta fue testigo de la llegada y la partida de siete naves espaciales distintas.
Además asistió a la retirada definitiva después de veinte años del módulo Pirs y a la llegada del módulo de laboratorio ruso Nauka con un pasajero muy especial, el European Robotic Arm.
Desde la Tierra, Pesquet continuará trabajando con investigadores europeos en experimentos como el estudio del impacto de las estaciones espaciales en la capacidad auditiva de los astronautas o el experimento TIME que estudia los cambios en la percepción del tiempo por parte de los astronautas en el espacio hasta que llegue el momento para una nueva misión. (I)