Activistas climáticos arrojan sopa a la Mona Lisa de Da Vinci en el Museo del Louvre
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–»Nuestro sistema agrícola está enfermo» gritaron dos activistas climáticas. Momentos antes habían arrojado sopa sobre el cristal blindado que resguarda la Mona Lisa, el cuadro más famoso de Leonardo da Vinci.
«¿Qué es más importante? ¿El arte o el derecho a una alimentación sana y sostenible? Nuestro sistema agrícola está enfermo. Nuestros agricultores mueren en el trabajo. Uno de cada tres franceses no come todos los días», clamaron las dos activistas después de tirar la sopa.
Las mujeres advirtieron que esto fue el «el pistoletazo de salida (de una) campaña de resistencia civil, con una clara reivindicación que beneficia a todas y todos: la seguridad social de una alimentación sostenible».
Cerca de las 10:00 am arrojaron la sopa de calabaza, la acción duró cerca de dos minutos; las activistas traspasaron el cordón que separa el cuadro de Leonardo da Vinci del público y mostraron unas camisetas con lemas reivindicativos. De acuerdo con el Louvre, habían escondido el líquido en un termo de café. En la entrada del museo se aceptan alimentos, aunque durante un periodo estaba prohibido el ingreso de alimentos.
En los últimos años numerosas organizaciones, en su mayoría ecologistas, han puesto en jaque la seguridad de los museos y han abierto el debate sobre si es legítimo atacar obras de arte emblemáticas, que son patrimonio de la humanidad, con la excusa de llamar la atención e intentar sensibilizar a la opinión pública sobre problemas como el cambio climático.
Riposte Alimentaire, que se traduce como «Respuesta alimentaria», escribió en su cuenta de X que «dos ciudadanos involucrados en la nueva campaña Riposte Alimentaire rociaron sopa sobre la pintura».
«A través de su acción no violenta, Sasha de 24 años y Marie-Juliette de 63 años exigen el establecimiento de una Seguridad Social Alimentaria Sostenible», reveló el grupo.
«La Gioconda» está considerado el lienzo más famoso del mundo. En mayo de 2022 le arrojaron un pastel. El Louvre reforzó la pieza con protección de cristal después de que sufriera ataques en al año 1956. En el primero, un hombre intentó dañarla con ácido y en el segundo otro hombre le lanzó una pedrada.
La organización publicó varios mensajes en los que justifica su protesta, porque en Francia una de cada tres personas se salta las comidas por falta de recursos.
Hicieron un llamado para unirse a la «resistencia civil», además de compartir un enlace para apoyar con donaciones econímicas al grupo.
«Ahora nos corresponde a nosotros, los ciudadanos comunes, hacer cumplir los compromisos que nuestro gobierno se niega a cumplir y construir una sociedad justa y resiliente. Depende de nosotros entrar en la resistencia civil», afirman.
Condena gubernamental
«La Gioconda, como parte de nuestro patrimonio, pertenece a las generaciones futuras. Ninguna causa puede justificar que se atente contra ella», condenó la ministra de Cultura, Rachida Dati, en X.
Por su parte, la portavoz del gobierno francés, Prisca Thévenot, declaró ante la cadena de televisión France 3: «No estoy segura de que La Mona Lisa sea la mayor contaminante de Francia. ¿Qué sentido tiene?».
En octubre de 2022, dos jóvenes con camisetas de «Just Stop Oil» rociaron sopa de tomate sobre los «Girasoles» de Van Gogh en el museo National Gallery de Londres.