¿Bajar tipos en abril o esperar a junio? Los halcones y palomas del BCE evidencian su discordia
¿Cuándo bajarán los tipos de interés en la eurozona? He ahí la cuestión. Es una pregunta que la ciudadanía de los 20 países que usan la divisa común, así como inversores y analistas de todo el mundo, se hacen desde que el Banco Central Europeo (BCE) acabó de encarecer el dinero el pasado septiembre. La institución comenzó a subir los tipos en julio de 2022 para hacer frente a la crisis de inflación que sufría (y todavía sigue padeciendo) el Viejo Continente. Actualmente los precios en la región siguen subiendo, pero lo hacen a un ritmo mucho más moderado que a finales de 2022 y, por tanto, más próximo al objetivo del BCE (del 2% a medio plazo). Pero ¿se ha suavizado la inflación lo suficiente como para que el ente monetario relaje su política pronto? Como es habitual, la respuesta varía según a quién se le pregunte dentro del propio banco central.
Todavía dura la resaca de la reunión del BCE del pasado jueves. En la habitual rueda de prensa posterior a cada cita del Consejo de Gobierno del organismo, la presidenta quiso ser prudente y aseguró que todavía era «prematuro» debatir cuándo empezar a recortar los tipos de interés.
Fue el mismo mensaje que lanzó tras la reunión anterior, la de diciembre, aunque contrastaba con las declaraciones que la propia Christine Lagarde hizo a mediados de este mes asegurando que la primera bajada del precio del dinero podría llegar en verano.
Sin embargo, y en contraste a la cautela que quiso mostrar Lagarde, distintos miembros del BCE han tardado poco en posicionarse sobre el timing que debe tener la relajación monetaria.
Los halcones echan a volar…
El primero fue Martins Kazaks, gobernador del Banco de Letonia (y, por tanto, miembro del Consejo de Gobierno del BCE), quien solo un día después de haberse visto con sus compañeros en Fráncfort declaró que «lo peor» que podría hacer la institución es abaratar el dinero «demasiado pronto».
Kazaks admitió que los tipos «deberían empezar a bajar», salvo que se produzcan perturbaciones importantes en la inflación o en la economía, pero cree que el Banco Central Europeo no debería tener prisa por iniciar el proceso de flexibilización.
«Eso sería peor que esperar solo un poco», aseguró en una entrevista con Bloomberg Television. «Hemos visto en los años 70 y 80 que si [se recortan los tipos] demasiado pronto, se corre el riesgo de que la inflación vuelva a subir y haya que subir los tipos mucho más», argumentó.
El letón es uno de los miembros del BCE considerado halcón, esto es, forma parte de aquellos que prefieren las políticas monetarias restrictivas (o hawkish), que estimulen poco (o nada) la economía (con tipos altos, pocas adquisiciones de activos, etcétera).
Sin embargo, Kazaks no ha sido la único ‘ave rapaz’ de la eurozona en hablar sobre la principal herramienta del BCE.
El gobernador del Banco Nacional de Eslovaquia, Peter Kazimir, ha comentado este lunes que el próximo cambio en los tipos será a la baja. «El banco está en posición de ejecutarlo», ha afirmado en un post publicado en la web de la entidad central de Letonia.
«Estoy seguro de que el momento exacto, ya sea en abril o en junio, es secundario para el impacto de la decisión. Lo segundo parece más probable, pero no voy a sacar conclusiones prematuras sobre el momento», ha agregado Kazimir.
La décima subida consecutiva (y última) de los tipos en la zona euro se produjo en septiembre. El BCE no los tocó ni en octubre ni en diciembre, y tampoco lo ha hecho este mes, en línea con lo esperado y evidenciando que los tipos de interés han tocado techo (con el tipo principal en el 4,5%, el nivel más alto desde 2001).
… y las palomas también
Por su parte, François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia e igualmente miembro del Consejo de Gobierno del BCE, se ha mostrado más dovish. En una entrevista publicada ayer por La Tribune Dimanche, el galo se declaró abierto a relajar la política monetaria en cualquiera de las próximas reuniones de la entidad comunitaria.
«En cuanto a la fecha exacta [para bajar los tipos], no se excluye ninguna, y todo quedará abierto en nuestras próximas reuniones», afirmó. Y es que, aseguró también, la inflación de la eurozona «volverá al 2% en un año como máximo».
Las previsiones del BCE, actualizadas por última vez en diciembre (y que se revisarán de nuevo en marzo), proyectaban una tasa de inflación media en la zona euro del 2,7% en 2024, del 2,1% en 2025 y del 1,9% en 2026. Por tanto, el organismo no prevé a priori lograr su meta hasta el año que viene.
En este sentido, hoy el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha admitido que «ha habido buenas noticias en cuanto a la evolución de la inflación, y eso, tarde o temprano, acabará reflejándose en la política monetaria», aunque ha matizado: «Vamos a depender de los datos, no tenemos ningún tipo de calendario. Va a depender de la evolución de la inflación». No obstante, el español se ha mostrado «optimista» respecto el comportamiento de los precios y la macro.
«Hay mucha más información, y depender de los datos no significa depender de los datos salariales… No necesitamos esperar a los datos salariales de mayo para hacernos una idea de la trayectoria de la inflación», ha apuntado por su parte Mário Centeno, gobernador del Banco de Portugal y considerado una paloma del BCE (es decir, de los que se decantan por una política monetaria acomodaticia, al contrario que los halcones).
En opinión del luso, hay «muchas pruebas de que la inflación está cayendo de forma sostenida» hacia el objetivo a medio plazo del 2%. «Podemos reaccionar más tarde y con más fuerza, o antes y de forma más gradual. Estoy completamente a favor de los escenarios de gradualismo, porque tenemos que dar tiempo a los agentes económicos para que se adapten a nuestras decisiones», ha dicho en una declaraciones recogidas por Reuters.
¿Cuándo es la próxima reunión del BCE?
Los 26 miembros del Consejo de Gobiero del BCE volverán a reunirse el próximo 7 de marzo en Fráncfort (Alemania), donde se encuentra la sede de la institución. La siguiente cita está programada para el 11 de abril y después habrá que esperar hasta el 6 de junio.
El Banco Central Europeo actualiza una vez al trimestre sus estimaciones sobre la inflación y la economía, en las cuales se basa para tomar sus decisiones sobre los tipos (y otras herramientas de política monetaria). La última revisión fue en diciembre y la más próxima será en marzo. Asimismo, volverá a revisar sus previsiones de cara a junio.
Con todo, los swaps financieros del modelo OIS anticipan la primera bajada de tipos para el próximo abril. Hasta la semana pasada, eran mayoría los inversores que daban por hecho que los recortes empezarían en marzo, por lo que las expectativas (o la euforia) del mercado se han moderado tras la reunión de la semana pasada del BCE.