Residentes de Barbuda inician nueva disputa ambiental contra promotores inmobiliarios en …
La construcción de dos villas privadas dentro de un parque nacional de Barbuda ha desatado la más reciente disputa jurídica en materia ambiental entre los molestos residentes y los acaudalados extranjeros que buscan urbanizar la isla caribeña con apoyo del gobierno.
George Jeffery, un pescador local y guía de turistas, y Global Legal Action Network, un grupo sin fines de lucro con sede en Reino Unido, interpusieron el jueves una demanda contra el gobierno de Antigua y Barbuda.
La demanda busca anular el permiso de construcción debido a que la Autoridad de Control del Desarrollo de la isla aprobó la urbanización de lujo a pesar de que el departamento nacional de medio ambiente rechazó la propuesta en dos ocasiones.
La disputa legal se produce poco después de otro caso en el que residentes de Barbuda y Global Legal Action Network se oponen a la construcción de cientos de residencias de lujo, un campo de golf de 18 hoyos, un club de playa y una instalación de almacenamiento de gas natural sobre más de 240 hectáreas (600 acres) de un humedal protegido de la isla.
En la nueva demanda, Gearóid Ó Cuinn, director de Global Legal Action Network, dijo: “Esta pequeña nación insular carece de recursos suficientes y enfrenta una enorme lucha contra los ricos promotores inmobiliarios extranjeros”.
Ó Cuinn y Jeffery solicitan a la Corte Suprema del Caribe Oriental en Santa Lucía que anule el permiso que las autoridades concedieron en mayo de 2022.
De momento no se pudo contactar a directivos de Abercorn Trust Inc., la empresa encargada de la construcción del proyecto, para comentar sobre la demanda y la Autoridad de Control del Desarrollo de la isla no respondió una solicitud de comentarios.
Ya están en marcha las obras del proyecto, el cual contempla dos residencias de lujo de por lo menos 1.390 metros cuadrados (15.000 pies cuadrados) cada una, además de piscinas, canchas de tenis y un helipuerto en el terreno ubicado en el noroeste de Barbuda.
El sitio abarca 46 hectáreas (114 acres) en los límites del Parque Nacional de la laguna Codrington, un humedal protegido que alberga un santuario de fragatas, un sitio de anidación de tortugas y a especies amenazadas, como la medusa invertida, la yaguasa de pico negro y la reinita de Barbuda, una especie de ave, de acuerdo con documentos presentados ante la corte.
“Los humedales son los sumideros naturales de carbono más eficaces del planeta para proteger a la humanidad del cambio climático”, señaló Ó Cuinn.