Crónica de la pesca y la Cuaresma en México – El Financiero
Dentro del contexto de la religión católica, la Cuaresma emerge como un período litúrgico que antecede a la celebración de la Pascua y se extiende durante 40 días, tiempo dedicado a la penitencia y al ayuno. La palabra “Cuaresma” deriva del término latino “quadragésima”, que significa cuarenta, aludiendo así a los días que caracterizan esta temporada.
El número cuarenta tiene una profunda importancia en la tradición religiosa, con raíces en el Antiguo Testamento, donde destacan eventos significativos como el diluvio universal, el ayuno de Moisés en el Monte Sinaí, el éxodo del pueblo judío hacia la tierra prometida y el reinado de David, todos con una duración de 40 días o años. La Cuaresma, para los católicos, simboliza el sacrificio de Jesús e implica la abstinencia de carne roja, inicialmente con restricciones estrictas que han sido más flexibles desde el siglo XIII. Algunos líderes religiosos consideran que el consumo de carne durante este período no es necesariamente un pecado, y hay quienes eligen seguir estas prácticas solo los viernes de Cuaresma o el Viernes Santo, incluso algunos optan por no cumplirlas.
Con la llegada de los españoles a lo que ellos llamaron la Nueva España, en el proceso de evangelización llevado a cabo por las órdenes religiosas, surgieron celebraciones como esta. Su propósito era la de organizar a manera de teatros los rituales católicos para facilitar su comprensión y aceptación por parte de la población indígena, registros que ya se encuentran para finales del siglo XVI, entre estas, la de la abstinencia en forma de ayuno y peregrinaciones.
Desde tiempos prehispánicos, la pesca representaba una labor esencial para el sustento en México. Junto con la caza y la recolección de frutos, los pobladores se autoabastecían de alimentos mediante esta actividad. Los pueblos aztecas y purépechas destacaron especialmente en la pesca de lagos cercanos a sus territorios, aunque la práctica en el mar y ríos también era común.
El registro más antiguo de acuicultura en México, según la crónica, es cuando el pueblo zapoteco trasladó a la cima de la montaña Guiengola en Oaxaca un considerable número de peces capturados de los arroyos cercanos, los cuales eran reproducidos y alimentados artificialmente, y proporcionaron sustento a los individuos que se encontraban sitiados por los ejércitos de Moctezuma II a finales del siglo XV.
Durante la época de la Colonia, se introdujeron nuevas técnicas en la explotación pesquera, así como para la conservación del producto capturado. La pesca siguió siendo una actividad de gran importancia, regulada por nuevas leyes que especificaban los métodos permitidos. Por ejemplo, la que se hacía en aguas privadas estaba restringida a los propietarios de tierras, mientras que la cría de peces y la recolección de conchas con perlas eran libres. Sin embargo, la distribución era solo a mercados cercanos a la costa o cuerpos de agua interiores debido a la rápida descomposición del producto marino y a los métodos limitados de conservación, como el salado en cantidades reducidas.
Especies populares y de lujo, eran importadas de España en pequeñas cantidades y a precios elevados, y podían ser en salazón, encurtidas en salmuera, en conserva o ahumadas.
No fue hasta finales del siglo XVIII cuando se propuso la cría de peces en las riberas de las lagunas de Chalco y Texcoco, así como en estanques cercanos a la Ciudad de México, con el objetivo de proveer alimentos para la capital de la Nueva España.
En el siglo XIX, México inició la regulación de la pesca, estableciendo comisiones para su conservación, desarrollo y organización. Fue en el siglo XX, con la fundación del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología por parte de la UNAM, cuando las leyes pesqueras se modernizaron, otorgando mayor relevancia a las instituciones gubernamentales encargadas de su gestión y fomento.
A partir de 1970, el gobierno mexicano intensificó su apoyo a la pesca mediante la creación de diferentes instancias, incluyendo el Plan Nacional de Desarrollo Pesquero. México se sumó a la campaña para establecer la soberanía de un país sobre una zona marítima de 200 millas náuticas (mar patrimonial), culminando en 1976 con la promulgación del decreto que garantizaba la explotación exclusiva de esta extensión marítima para el país.
En la actualidad, la Iglesia católica no impone restricciones alimentarias durante la Cuaresma, lo deja a una decisión personal, sin embargo, la práctica continúa arraigada en la cultura, generando una tradición gastronómica que abarca a pescadores, comerciantes, cocineros y amantes de pescados y mariscos durante este período.