Una espectacular foto muestra el alunizaje ‘in extremis’ de la nave Odiseo, que sigue viva en la Luna
La odisea de Odiseo continúa en la Luna. La nave robótica fabricada por la empresa privada estadounidense Intuitive Machines alunizó con éxito aunque de forma accidentada el 22 de febrero con seis instrumentos de la NASA y sigue operativa en nuestro satélite. Y ello, pese a que los ingenieros de esta misión, denominada IM-1, esperaban que se quedara sin energía entre el martes y el miércoles debido a que los paneles solares del módulo de aterrizaje dejaban de estar expuestos a la luz.
Tras su llegada al satélite hace seis días, los responsables de Intuitive Machines explicaron que podría operar hasta un máximo de 10 días y pese a sus temores de que se apagara el martes 27 de febrero, Odiseo seguía hoy miércoles generando energía solar en la Luna, lo que permite a los controladores de vuelo continuar recopilando los datos.
La NASA e Intuitive Machines han ofrecido este miércoles una rueda de prensa conjunta para hacer balance de lo logrado hasta ahora por esta nave, y mostrar nuevas imágenes tomadas por la sonda, las más nítidas que vemos. Entre ellas destaca una espectacular foto tomada justo antes del momento del aterrizaje, aun con el motor encendido y una parte de una pata rota. Un accidentado alunizaje que impidió que se posara en la posición planeada, como refleja otra de las imágenes en la que se puede ver a la sonda inclinada hacia un lado, al haberse roto su pata izquierda.
El instrumento de la sonda encargado de orientar a la nave durante el alunizaje no funcionó. Sin embargo, la colaboración con los ingenieros de la NASA permitió solventar el problema, pues se optó por probar un sistema experimental con tecnología láser de la agencia que permitió el alunizaje, aunque no en la posición vertical que se había planeado. El robot debía descender verticalmente a una velocidad de un metro por segundo pero lo hizo tres veces más rápido.
Que haya caído de lado dificulta el envío de datos y la recarga de energía de sus paneles pero en cualquier caso, el lugar donde se encuentra va a quedar pronto en la oscuridad, lo que impedirá que se carguen. Como tarde, entraría en hibernación el viernes, pero lo hará en las próximas horas para intentar que vuelva a estar operativa.
«Hemos llevado a cabo una misión muy exitosa», aseguró Steve Altemus, cofundador de Intuitive Machines, que sorprendió al afirmar que, aunque no es el objetivo de esta misión, intentarán que la nave vuelva a despertarse «en dos o tres semanas», cuando vuelva a estar expuesta a la luz solar. Y ello pese a que en principio la nave no está diseñada para aguantar las gélidas temperaturas de las noches lunares.
«Empezaremos a escuchar cuando vuelva a salir el sol en la zona en la que está para veremos si Oddie se despierta de su siesta», ha afirmado por su parte Tim Crain, cofundador de Intuitive Machines.
Pese a los contratiempos sufridos, también el director de la NASA, Bill Nelson, considera esta misión «un éxito». Y es que la sonda que ha contratado para llevar a la Luna instrumentos científicos (los primeros con los que cuenta en nuestro satélite desde 1972) se ha ganado un hueco en la historia espacial por varias razones. En primer lugar, ha sido la primera nave desarrollada por una empresa privada que llega con éxito a la Luna, lo cual sigue siendo muy complicado. Además, su zona de aterrizaje, el cráter Malapert A, a unos 300 km del polo sur, es el punto más al sur de la Luna en el que ha aterrizado un vehículo que haya podido establecer comunicación con la Tierra.
Además de los seis instrumentos de la NASA -por cuyo transporte la agencia ha desembolsado 113 millones de euros- el también llamado módulo Nova-C, de 4,3 metros de altura y 675 kilos de peso, lleva seis instrumentos privados.
A la búsqueda de hielo en la Luna
La misión IM-1 despegó el pasado 15 de febrero a bordo de un cohete Falcon 9 de la compañía SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy de Florida (EEUU) y llegó a la superficie lunar una semana después. Como parte del descenso de Odiseo a la superficie lunar, los algoritmos de navegación identificaron nueve sitios de aterrizaje seguros dentro de la región del polo sur elegida para el alunizaje. Se trata de una zona de gran interés porque tiene regiones permanentemente en sombra que pueden ser ricas en recursos, incluyendo hielo que podría usarse para fabricar combustible y proveer de oxígeno y agua a los astronautas que vayan en el futuro a la Luna.
De hecho, la zona en la que trabaja Odiseo es una de las que baraja la NASA para que alunicen los astronautas de la futura misión Artemisa 3, que aunque estaba prevista para 2025, ha sido pospuesta hasta septiembre de 2026.
Así que mientras tanto, los robots tendrán que ir despejando el camino. Intuitive Machines, con sede en Houston, tiene en su agenda otras dos misiones lunares, la primera de las cuales incluirá un taladrador robótico.
La dificultad de llegar a la Luna
Llegar a la Luna sigue siendo muy complicado, incluso para las naves no tripuladas, como muestran también los fracasos de varias sondas durante los últimos años. La israelí Beresheet se estrelló en 2019, la nipona Hakuto-R y la rusa Luna-25 fracasaron en 2023 y el pasado enero, un fallo en el sistema de propulsión impidió que la nave privada estadounidense Peregrine llegase a la Luna, así que se optó por que se autodestruyera regresando a la Tierra.
El pasado enero, la sonda japonesa SLIM logró un éxito parcial pues aunque consiguió alunizar, cayó de lado, lo que ha afectado a la misión prevista al complicar su recarga de energía solar. Aunque no lo logró a la primera, India hizo historia con su sonda Chandrayaan-3 al convertirse en agosto de 2023 en el primer país que logra posar una nave en el polo sur de la Luna.