Lula promete ampliar alianzas con los países del Caribe
En la ceremonia de clausura de la 46ª Cumbre de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom), el miércoles (28), el presidente Luiz Inácio Lula da Silva destacó las agendas comunes de Brasil con los países de la región y prometió abrir rutas de conexión y ampliar las alianzas. «Brasil vuelve a mirar a su entorno, consciente de que sólo juntos lograremos una presencia internacional robusta», dijo en Georgetown, Guyana, país que ejerce la presidencia temporal del grupo durante el primer semestre de 2024.
«Vemos al bloque como un prometedor socio económico y un interlocutor político estratégico. Brasil ya es el quinto mayor proveedor de Caricom. Nuestro flujo comercial fue de US$ 2,7 mil millones el año pasado, pero ya había superado los US$ 5 mil millones en 2008, lo que demuestra su potencial de crecimiento», afirmó.
En materia de integración, el Presidente también destacó el proyecto de apertura de carreteras y otras formas de conexión aérea, fluvial y marítima con los países de la región.
«Nuestro mayor obstáculo es la falta de conexiones, ya sean terrestres, marítimas o aéreas. Una de las vías prioritarias de integración y desarrollo para mi gobierno es el Escudo Guayanés, que abarca Guyana, Surinam y Venezuela. Queremos, literalmente, abrirnos camino hacia el Caribe. Abriremos corredores capaces de atender las demandas de abastecimiento y fortalecer la seguridad alimentaria en la región», enfatizó.
Lula comentó el hecho de que Brasil y los países del Caricom convergen en el 80% de los votos en la Asamblea General de la ONU. Asimismo, prometió hacer una donación financiera al Banco de Desarrollo del Caribe, al que Brasil se unió en 2010.
Hambre y cambio climático
Durante su discurso, que duró unos 30 minutos, Lula abordó problemas clave del Caribe, como la inseguridad alimentaria, que afecta a la mitad de la población caribeña, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas, y los efectos del cambio climático, que tienen repercusiones aún más graves en los países insulares y tropicales.
«Quiero subrayar que estos dos problemas están en el centro de los debates propuestos por Brasil en los foros internacionales. También quiero subrayar que estos dos problemas tienen la misma raíz: la desigualdad. Por lo tanto, la lucha contra la desigualdad en el mundo es también la lucha de las poblaciones caribeñas. No es posible que en un planeta que produce alimentos suficientes para alimentar a toda la población mundial, cerca de 735 millones de seres humanos no tengan nada que comer», afirmó.
El presidente aprovechó la ocasión para criticar y reclamar que los países ricos, los que más han contaminado el planeta en los últimos siglos para industrializarse, no han cumplido hasta ahora su promesa de financiar la transición ecológica y la adaptación de las naciones más pobres.
«No es posible que los países ricos, principales responsables de la crisis climática, sigan incumpliendo su compromiso de destinar US$ 100 mil millones anuales a los países en desarrollo para hacer frente al cambio climático. No es posible que el mundo gaste US$ 2,2 billones al año en armamentos.»
Citando el desafío brasileño de acoger la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), que se celebrará en Belém dentro de dos años, el mandatario abogó por una unión de esfuerzos para cumplir el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global en 1,5º C, acelerando la aplicación de los compromisos ya asumidos y adoptando metas más ambiciosas en 2025.
Guerras
Lula también se refirió al impacto de las guerras en curso en el planeta, que causan destrucción, sufrimiento y muertes, especialmente de civiles inocentes, y citó la guerra en Ucrania, que, según dijo, «encarece los precios de los alimentos y de los fertilizantes», y el conflicto en la Franja de Gaza, al cual volvió a calificar de genocidio.
«Un genocidio en la Franja de Gaza afecta a toda la humanidad, porque cuestiona nuestro propio sentido de la humanidad. Y confirma una vez más la opción preferencial por el gasto militar, en lugar de la inversión en la lucha contra el hambre; en Palestina, África, Sudamérica o el Caribe», afirmó.