Así va a revolucionar Volvo la carga rápida en sus eléctricos
Que aún estamos en la generación 1.0 de los coches eléctricos lo demuestra Volvo, a la vanguardia de los coches de baterías, al pretender rebajar un 30 por ciento el tiempo de carga… simplemente con un mejor software.
En un comunicado, Volvo anuncia haber llegado a un acuerdo para integrar en su plataforma de gestión de batería un software desarrollado por la firma Breathe Battery Technology. Según se desprende, será el primer fabricante de automóviles con acceso a la última versión de un algoritmo patentado por Breathe para optimizar los procesos de recarga de las baterías.
El problema de la recarga rápida
La recarga se revela como el verdadero factor limitante del vehículo eléctrico. Mientras la recarga se efectúa en uno de los llamados «puntos vinculados» (el domicilio o el trabajo), la batería puede tener la carga necesaria para el día a día, pero no sucede lo mismo en itinerancia. Incluso en las cargas más rápidas el proceso puede llevar 20 minutos. A medida que las baterías aumentan su capacidad en busca de mayores autonomías, obliga a aumentar la velocidad de recarga, para que no alargar el tiempo de espera en la misma proporción. Lamentablemente, las cargas rápidas pueden dañar la batería y perjudicar su vida útil.
Rodar a 120 km/h en autopista no precisa más allá de 30 ó 35 kilovatios, mucho menos que los 50 kW de una recarga rápida. Sin embargo, hay coches que admiten cerca de 300 kW de potencia de recarga ¡continuada!, durante minutos, sin tregua. Esto sí que exige a la batería: la recarga rápida es el momento crítico en la vida de la batería.
Para proteger la batería, los fabricantes limitan la velocidad de recarga, incluso a riesgo de alargar mucho el tiempo de conexión a la red. El problema es que los criterios de protección actuales parecerán burdos en el futuro. Estamos aún en la generación 1.0 del coche eléctrico.
Recargas a escalones
Los coches no recargan todo el tiempo a la potencia máxima que anuncian. Solo en condiciones ideales la alcanzan y, a medida que se va cargando, reducen la potencia que admite la batería, para evitar que se recaliente, de acuerdo con patrones fijos. Se suele limitar la potencia por escalones, a veces muy pronunciados. Solo algunos logran hacer un ajuste más fino, con disminuciones graduales de la potencia.
Además, en la mayoría de los casos, cargar más allá del 80 por ciento lleva el mismo tiempo que el empleado hasta alcanzar ese nivel de batería: los fabricantes estrangulan la entrada, para no dañar a la larga la batería. En caso de un aumento de temperatura en alguna celda, en cualquier momento, se limita drásticamente la potencia con la que recarga, por seguridad.
Aprovechar la batería dentro de sus posibilidades en cada instante
Lo que pretende Volvo, en su asociación con Breathe, es poder afinar de verdad cuánta potencia admite realmente la batería en cada momento, mientras está recargando. Esto abre la puerta a una recarga dinámica, que permitiría acelerar (o no disminuir) la cantidad de electricidad que recibe, de una forma adaptativa. Han cuantificado que este nuevo algoritmo que interprete bien lo que admite la batería -esa batería, en ese momento- permitiría afinar la potencia máxima que se le entrega y reducir hasta un 30 por ciento el tiempo de recargar del 10 al 80 por ciento. No menciona nada de esa otra fase delicada, la de seguir «presionando a la batería» en su camino hacia el 100 por cien de recarga: «recargas más rápidas, en el rango donde los clientes típicamente hacen recarga rápida, representa un paso importante en la correcta dirección…», atribuyen a la CEO de Volvo Cars Tech Fund.
Ahora, esta mejora en el tiempo de recarga la podrá aprovechar Volvo de dos maneras. Por un lado, haciendo las recargas más rápidas para sus clientes. También abre la posibilidad a incorporar baterías un 30 por ciento más grandes, sin que el tiempo de recarga en viaje aumente. En sus ensayos, Volvo reconoce mejoras en la velocidad de recarga entre un 15 y un 30 por ciento, según el tipo de batería (y, probablemente, lo afinados que fueran los patrones de recarga que ahora emplean).
Volvo anunció hace tiempo que será un fabricante de coches exclusivamente eléctricos en 2030. Su oferta de modelos eléctricos está presente en sus diferentes gamas. Con el apoyo de Geely, tiene garantizado el acceso a los últimos avances en baterías y desarrollos provenientes de China.