Conservadores y socialistas se turnarán la presidencia del Parlamento de Portugal para excluir a la ultraderecha
El Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Socialista (PS) de Portugal han acordado este miércoles presidir la Asamblea de manera rotatoria durante los próximos cuatro años, poniendo así fin al bloqueo que se había instaurado, después de que en la víspera la ultraderecha Chega no apoyara a los conservadores.
No es indicativo que este pacto entre la izquierda y la derecha en Portugal se extrapole al gobierno de la Nación, porque el candidato que ganó las elecciones, el conservador Alianza Democrática, ha reiterado que gobernará en solitario y con una mayoría minoritaria.
El diputado del PSD y exministro de Defensa José Pedro Aguiar-Branco ha recabado 160 votos en cuarta votación, muy por encima de los 116 necesarios, y de los 50 logrados por la propuesta de Chega, Rui Paulo Sousa, después de la convulsa primera sesión de esta legislatura que arrancó el martes.
«Si alguna cosas no enseñó el día de ayer fue que no se puede desistir de la democracia. Yo no desisto», ha dicho Aguiar-Branco en sus primeras palabras como nuevo presidente de una Asamblea, a la que ha pedido «repensar» su reglamento «para evitar que lo ocurrido no se vuelva a repetir».
Aguiar-Branco cumplirá su mandato hasta septiembre de 2026, siendo el diputado socialista Francisco Assis el mejor colocado para reemplazarle hasta ahora.
La sesión de este miércoles en la Asamblea arrancó con una prórroga para que los partidos pudieran elegir a sus candidatos, momento en el cual los líderes del PSD, Luís Montenegro y del PS, Pedro Nuno Santos, acordaron que sus formaciones compartirían el cargo durante estos cuatro próximos años.
Antes de la votación, el líder parlamentario del PSD, Joaquim Miranda Sarmento, ha explicado que «era necesario superar este impasse que no sirve a los intereses de los portugueses» y que como ya dijo, el partido también «votará a favor de los cuatro vicepresidentes, secretarios y vicesecretarios» propuestos.
Assis, el teórico candidato de los socialistas, ha señalado que «los partidos democráticos tienen la obligación de encontrar soluciones» y que no hay que confundir un «conflicto serio y civilizado» con una «guerra civil», como busca, ha dicho, Chega, que aspira a ser oposición del Gobierno y del régimen democrático.
Con respecto a su hipotética candidatura dentro de dos años, Assis ha dicho que preferiría no estar «encadenado» a una decisión tan a largo plazo, puesto que no se sabe lo que pasará en los próximos dos años, ni si la legislatura durará tanto.
«Probablemente estaré aquí; no sé cuál será la situación política del país (…)como diputado, dentro de dos años, el nombre se considerará como ahora», ha dicho.
Se trata esta presidencia rotatoria de una suerte de acuerdo entre caballeros, pues el reglamento interno de la cámara no contempla una maniobra de este tipo, por lo que, en base a este pacto, el candidato del PSD deberá renunciar voluntariamente dentro de años, momento en el que se celebrará una nueva votación.
Chega acusa al PSD de acercarse a la izquierda
Por su parte, el líder de Chega, André Ventura, ha criticado el acuerdo y ha reprochado que el líder del PSD, Luís Montenegro, haya optado por alcanzar un «acuerdo a la izquierda» a pesar de que después de mucho tiempo el Parlamento portugueses cuenta con una mayoría de derechas.
«El PSD ha escogido compañía, ahora tiene que gobernar con ella (…) En un Parlamento donde hay una mayoría de derechas, eso es simbólico, que el PSD busque con el PS los acuerdos de gobernación», ha protestado el líder de la ultraderecha.
«Chega liderará la oposición. Parece evidente que solo habrá un partido en la oposición y ese es Chega», ha continuado un Ventura, que no ha respondido si su partido votará en contra de los presupuestos.
Quien también ha expresado su malestar por este arreglo entre los dos partidos mayoritarios de la Asamblea ha sido el líder de los liberales, Rui Rocha, pero por motivos muy diferentes a los esgrimidos por la ultraderecha. La «infantilidad» de Ventura, ha dicho, ha provocado el regreso de los socialistas a órganos de poder.
Rocha ha lamentado que en la víspera, Chega boicoteará la elección en primera votación de Aguiar-Branco tal y como estaba previsto. «Una cosa está clara, no se puede confiar en irresponsables», ha dicho de Ventura.
El Bloque de Izquierda, en tanto, ha afirmado que si bien este acuerdo resuelve el problema institucional, no así el de ingobernabilidad. Su líder, Mariana Mortágua, ha vaticinado que este ha sido «el primer momento» de una inestabilidad que tendrá más episodios en el futuro y ha advertido de que depender de la ultraderecha «es garantía de bloqueo permanente».
En la víspera, el diputado y exministro de Defensa Aguiar-Branco se quedó de manera sorpresiva sin los votos necesarios para presidir de la Asamblea, a pesar de que el acuerdo con Chega parecía claro. Sin embargo, Ventura justificó la decisión de su partido por el supuesto agravio que habían recibido por parte del PSD.
Hasta tres votaciones resultaron fallidas en la jornada de este martes, cuando arrancaba una nueva legislatura que desde el principio ha dejado constancia de la inestabilidad que se le había venido presumiendo debido al ajustado resultado de las pasadas elecciones, en las que tanto PSD como PS se quedaron muy lejos de la mayoría absoluta que conceden 116 de los 230 que conforman la Asamblea