Europa participa en la defensa planetaria: «Trabajamos en desviar asteroides peligrosos»
La agencia espacial europea (ESA) nació para explorar el espacio de forma pacífica y para superar las fronteras del conocimiento con el objetivo de responder a las grandes preguntas del universo. Una de ellas tiene que ver con nuestro futuro como civilización. Desde el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC), perteneciente a la ESA, responde a RNE Franco Pérez, ingeniero de sistemas: «Trabajamos en desarrollar métodos para desviar asteroides peligrosos», explica desde Noordwijk, Países Bajos.
Hera, el proyecto europeo de defensa planetaria
El Centro Europeo de Investigación y Tecnología, ESTEC, está inmerso es un experimento llamado Hera, que inspira su nombre en la diosa griega que reina en el Olimpo: “El objetivo es analizar la composición del asteroide y recoger datos sobre el impacto desde la nave de la NASA llamada Dart”, añade Pérez. Hera es resultado del esfuerzo de muchos países europeos y de más de ochenta empresas, entre ellas las españolas GMV o CENER, que han aportado subsistemas o partes de la nave.
El desarrollo de la protección terrestre en esta misión tiene como finalidad «conocer la posición actual y futura de los objetos cercanos a nuestro planeta, como satélites que pueden entrar en la atmósfera, asteroides o distintos cuerpos que pueden suponer un riesgo, que sean potencialmente peligrosos», enumera Pérez. Pero no solo, porque también se trata de calcular la probabilidad de choque, evaluar cuáles pueden ser las consecuencias de un posible impacto y «tener las herramientas suficientes para informar” sobre ello. A día de hoy, no hay ningún elemento que nos ponga en riesgo, pero la investigación de estos cuerpos es necesaria para despejar alguna de las tantas incógnitas que plantea el Universo.
Desde ESTEC matizan la importancia de que la nave esté en una cámara limpia para que no quede contaminada ninguna parte con materia orgánica de la Tierra, de manera que no se dan falsos positivos en la búsqueda de vida en el exterior. La misión Hera ya enfila sus fases finales de prueba y está previsto que despegue el 7 de octubre de 2024 desde Cabo Cañaveral en Florida, en colaboración con SpaceX. Su primer destino es Marte y después irá al asteroide en cuestión. Desde ESTEC matizan la importancia de que la nave esté en una cámara limpia para que no quede contaminada ninguna parte con materia orgánica de la Tierra, de manera que no se dan falsos positivos en la búsqueda de vida en el exterior.
La alineación de los planetas que se estima después del verano es fundamental a la hora de su lanzamiento más allá de la atmósfera. El equipo de la ESA tiene dos semanas de margen y, según el ingeniero de sistemas Franco Pérez, «será un éxito».
La Estación Espacial Internacional aún colabora con Roscosmos
Desde el mismo punto estadounidense salió hace más de diez años el laboratorio científico espacial Columbus. Sin duda, la mayor contribución europea hasta ahora en este ámbito.
El Centro Europeo de Investigación y Tecnología también alberga una réplica de esta cápsula, de uno de los 16 módulos que orbitan a 400 kilómetros de nosotros y que componen la Estación Espacial Internacional. Desde aquí, en Países Bajos, se mira con inspiración y con admiración porque marcó el inicio de una nueva era. En esta recreación, la bandera de Estados Unidos está expuesta al lado de la de Rusia. La Estación Espacial Internacional, a diferencia de la ESA, todavía mantiene la colaboración con la agencia rusa Roscosmos ya que, de lo contrario, sería imposible que este proyecto continuase.
Este centro de observación cuenta con científicos y astronautas de hasta 18 países, con un coste físico a pagar en el organismo: “La falta de gravedad supone que quienes viven en este reducido espacio tienen que hacer deporte durante, al menos, dos horas diarias para evitar perder mucha masa muscular”, explica José Manuel Sánchez Martínez, oficial de Estrategia y Comunicación de la Agencia Espacial Europea.
Europa y la geopolítica del espacio
Poco después de la invasión rusa a Ucrania, la Agencia Espacial Europea se vio obligada a poner fin a la colaboración existente entre la ESA y su homóloga rusa Roscosmos. Una cooperación que tenía como fin investigar en Marte. Estos lazos eran visibles con unos vehículos autónomos llamados rovers, encargados de explorar la superficie del planeta rojo.
Ahora que la coordinación con Rusia no es como antes, la incógnita está en qué lugar ocupa Europa en la geopolítica del espacio. Kai-Uwe Schrogl, consejero especial para asuntos políticos de la Agencia Espacial Europea, responde a Radio Nacional: “Podemos estar seguros de que Europa desempeña un papel importante. No queremos dominar a otros países. No somos una superpotencia militar. Utilizamos el espacio para mejorar la vida en la Tierra», sentencia Schrogl.