Puig prevé repartir en dividendos el 40% de su beneficio
El grupo Puig, que el viernes cubrió en cuestión de minutos la captación de inversores cualificados para colocar acciones B de nueva emisión por unos 1.250 millones de euros etapa previa a la salida a bolsa el próximo 3 de mayo, prevé repartir mediante dividendos en torno al 40% del beneficio. Esta previsión está recogida en el folleto remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en el que se estima una valoración de la compañía de hasta 13.900 millones, en un rango que va de los 22,00 a los 24,50 euros por título, tanto para las acciones nuevas, la ‘B’, con un derecho de voto por título; como las que venderá la matriz, las ‘A’, con cinco derechos por título. Uno de los inversores cualificados que ha participado en el proceso de captación que se cierra el próximo día 30, peor que ya cuenta con sobredemanda, es el brazo inversor de la Fundación La Caixa, Criteria, que espera hacerse con una «participación relevante».
Aunque no hay todavía aprobada por el consejo de administración una política de dividendos tras el desembarco en la bolsa, la empresa espera mantener el ‘pay-out’ en 2025 con los resultados de 2024 «de aproximadamente el 40% en línea con la práctica histórica». De hecho, la empresa distribuyó 160 millones de euros entre las cuatro ramas propietarias por los resultados de 2023 y 110 millones por los de 2022. Puig cerró su último ejercicio fuera del mercado de renta variable, el de 2023, con unas ventas por valor de 4.300 millones de euros y un beneficio neto de 465 millones de euros, lo que supuso crecimientos del 19% y del 16%, respectivamente, en relación con los volúmenes del año pasado.
El grupo presidido por Marc Puig destaca que el importe y la política de dividendos estará sujeta a numerosos factores, que van de la decisión de distribución de beneficios y reservas que se pueda tomar y los planes de inversión, ingresos, nivel de rentabilidad, la generación de caja hasta las limitaciones que puedan imponerse o existir a nivel legal.
Además de la colocación entre inversores cualificados, entre los que se encuentra Criteria», la propiedad, a través Puig SL, controlada por Exea Empresarial en la que está la familia propietaria, venderá una parte de su capital, con lo que espera ingresar unos 1.360 millones. Los títulos colocados entre inversores cualificados, denominados ‘B’ otorgan un derecho de voto por acción; y los que venderá la propiedad, los ‘A’, cinco derechos por acción. De ahí que una vez culminada la operación, las cuatro ramas de la familia (Puig Guasch, Puig Rocha y las dos ramas Puig Alsina) retendrán, en función del precio final, entre el 90,9% y el 91,8%; pero no tendrán más de un 68% de todas las acciones en su haber.
Los expertos apuntan los aspectos que hacen de Puig una inversión atractiva: está muy internacionalizado, lo que diversifica los riesgos geográficos; y opera en un sector «que se asimila al lujo» y que arroja unos márgenes muy elevados. Esos aspectos reducen el descontento por la división entre ‘A’ y ‘B’ con limitación de rechos políticos y, por tanto, pocas opciones o nulas de incidir en la gestión, algo que suelo gustar poco a los inversores.
El grupo utilizará los fondos captados en la operación «para fines corporativos generales, como la refinanciación de las adquisiciones adicionales de Byredo y Charlotte Tilbury y la financiación de cualquier inversión estratégica futura y gastos de capital».
Puig, fundada en 1914 tiene su sede en L’Hospitalet de Llobregat, donde cuenta con dos edificios corporativos, uno de ellos inaugurado recientemente, opera en 32 países con 17 marcas, entre las que destacan, en términos de ingresos, Rabanne, Charlotte Tilbury y Carolina Herrera.
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