México lidera la incorporación de la perspectiva de género en Escazú COP3 – Infobae
En una iniciativa liderada por México en el marco de su Política Exterior Feminista, se ha logrado un avance significativo con la adopción de la integración de la perspectiva de género en la ejecución del Acuerdo de Escazú.
Este logro tuvo lugar durante la tercera reunión de la Conferencia de las Partes (COP3), evento que se celebró del 22 al 24 de abril en Santiago de Chile.
La adopción de este enfoque busca garantizar un entorno seguro para la defensa de los derechos humanos en temas ambientales, combatiendo simultáneamente la discriminación y la violencia contra las mujeres defensoras del medio ambiente.
El subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Joel Hernández García, enfatizó durante la inauguración la crucialidad del Acuerdo de Escazú para proteger a los defensores de derechos humanos.
Hizo hincapié en la importancia de la cooperación intergubernamental para facilitar el acceso a la información ambiental y fortalecer la participación pública y el acceso a la justicia en materia ambiental. La introducción de la perspectiva de género en este acuerdo destaca el rol esencial de las mujeres en la protección del medio ambiente y su aporte al desarrollo sostenible.
La reunión también marcó la incorporación de Dominica al Acuerdo de Escazú y el lanzamiento del Plan de Acción de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en temas ambientales.
Este plan subraya la necesidad de incluir a las mujeres indígenas desde las fases iniciales de implementación, siguiendo las directrices establecidas en el documento final.
ONU Mujeres, junto con otros órganos de las Naciones Unidas, ofrecerá apoyo a los países miembros para el desarrollo de estrategias que incorporen la perspectiva de género en sus acciones ambientales.
Un aspecto destacado fue el diálogo titulado “Construyendo juntos: la cooperación internacional como medio para la implementación del Acuerdo de Escazú”, que subrayó la importancia de la colaboración internacional para ampliar capacidades técnicas y alcanzar los objetivos de protección ambiental y derechos humanos.
En un conversatorio enfocado en el papel de las mujeres en la implementación del acuerdo, se discutió la necesidad de fortalecer los mecanismos de género y la importancia de datos estadísticos para visibilizar las desigualdades.
Entidades como ONU Mujeres, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la CEPAL se comprometieron a trabajar conjuntamente para promover entornos seguros para las mujeres.
El Acuerdo de Escazú es un instrumento clave para asegurar el acceso a la información ambiental, la participación pública en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en temas ambientales en América Latina y el Caribe, promoviendo así un desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente.
Adoptar la perspectiva de género en la política ambiental es importante por varios motivos. En primer lugar, garantiza que las necesidades y experiencias diferenciadas de hombres, mujeres y personas de diversidad de género sean consideradas en el diseño e implementación de políticas.
Esto es crucial dado que el impacto del cambio climático y la degradación ambiental no es neutro en términos de género; afecta de manera desproporcionada a las mujeres y niñas en muchas partes del mundo debido a su acceso limitado a recursos, restricciones socioeconómicas y roles de género tradicionales que las hacen más vulnerables a estos cambios.
Integrar la perspectiva de género promueve también la equidad e inclusión en los procesos de toma de decisiones ambientales, asegurando que las voces de las mujeres y las personas de diversidad de género sean escuchadas y tenidas en cuenta.
Esto puede llevar a soluciones más innovadoras y sostenibles, ya que incorpora una amplia gama de experiencias y conocimientos.
Por otro lado, adoptar esta perspectiva puede contribuir a combatir las desigualdades estructurales, empoderando a las mujeres y a las personas de diversidad de género a través de su participación activa en la gestión de recursos naturales y la lucha contra el cambio climático.
Esto es especialmente relevante en comunidades donde las mujeres desempeñan roles claves en la agricultura, la recolección de agua y leña, y la seguridad alimentaria.