Una activista que defendió el Mar Menor español gana el "Nobel del Medio Ambiente"
LOS ÁNGELES (AP) — Cuando Teresa Vicente era joven pasaba largos días en el Mar Menor de España nadando en aguas transparentes, recogiendo en sus manos caballitos del mar y haciendo fiestas bajo la luz de la luna.
Pero con el paso de los años, la contaminación crónica de la minería y el desarrollo urbano y agrícola convirtieron a la laguna de agua salada considerada la más grande de Europa en un cementerio.
Una mortandad masiva de peces en 2019 inspiró a la profesora de filosofía a ponerse en acción.
Durante los siguientes años Vicente, de 61 años, lideró una campaña para salvar a esa joya ecológica del colapso. Sus esfuerzos ayudaron a que en 2022 se aprobara una ley que le otorgó a la laguna el derecho legal a la conservación, protección y remediación de daños.
Vicente es una de los siete ganadores este año del Premio Ambiental Goldman, conocido como el “Nobel Verde”, que honra a activistas y líderes de todo el mundo por sus logros en la protección del medio ambiente. Los destinatarios fueron seleccionados entre unos 100 nominados.
Este premio “significa un reconocimiento internacional a que estamos ante una nueva etapa de la humanidad”, dijo Vicente. Una era en la que ”el ser humano sabe que forma parte de la naturaleza y este reconocimiento hace que no sea una conquista local ni nacional, sino europea e internacional”.
“A la laguna el Mar Menor le llaman la laguna mágica”, agregó. “Este premio Goldman forma parte de su magia”.
Los otros ganadores son Marcel Gomes de Brasil, quien coordinó una campaña internacional que alegaba conexiones entre la carne de vaca de JBS, la empresa empacadora más grande del mundo, con la deforestación ilegal en Brasil y ayudó a presionar a los minoristas globales para que dejaran de vender esa carne.
Murrawah Maroochy Johnson, quien bloqueó el desarrollo de una mina de carbón que habría destruido 20 mil acres de una reserva natural en Australia, agregado millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera y amenazado los derechos y la cultura indígenas.
Alok Shukla, quien fue líder de una campaña comunitaria que salvó 445 mil acres de bosques de 21 minas de carbón planificadas en el estado de Chhattisgarh, en el centro de la India.
Andrea Vidaurre, de Estados Unidos, quien convenció a la agencia del gobierno de California que se enfocara en reducir la polución del aire y adoptara dos regulaciones de transporte que limitan significativamente las emisiones de camiones y ferrocarriles, y los activistas indígenas Sinegugu Zukulu y Nonhle Mbuthuma, quienes detuvieron las pruebas sísmicas de petróleo y gas frente al Cabo Oriental de Sudáfrica en una área costera.
Michael Sutton, director ejecutivo de la Fundación Ambiental Goldman, calificó a los ganadores de este año como “un increíble grupo de personas que trabajan, a veces en la oscuridad, contra abrumadoras probabilidades de prevalecer contra los gobiernos y la industria” que están “ayudando a sus comunidades y a la Tierra a sobrevivir y prosperar en condiciones muy difíciles”.
Vicente nació y creció en la ciudad de Murcia, en el sureste de España, hogar del Mar Menor. Cuando se enteró de la muerte masiva de peces estaba en la Universidad de Reading de Gran Bretaña estudiando cómo otros países habían dado derechos legales a los recursos naturales para protegerlos.
Para salvar a la laguna Vicente ayudó en 2020 a escribir el primer borrador de un proyecto de ley para otorgarle protección legal al Mar Menor y lo presentó al Parlamento de España, que permite a los ciudadanos proponer leyes directamente. Pero el proceso requirió que recogiera 500 mil firmas manuscritas durante los confinamientos por la pandemia de covid-19.
En noviembre de 2021, con la ayuda de miles de voluntarios de toda España, Vicente había acumulado casi 640 mil firmas.
Ella nunca dudó que triunfaría. “El motor estaba en marcha, que era un pueblo que había entendido que era parte de ese ecosistema y que estaba ilusionado con la idea de poder defender sus derechos”, dijo Vicente. “Todos me preguntaban ‘Profesora, pero ¿vamos a conseguirlo?’ Yo decía, ‘Seguro’. Porque cuando un pueblo olvida sus diferencias políticas, sus diferencias religiosas o sus diferencias económicas y se entrega a una nueva idea de justicia, eso es un éxito seguro”.
El Premio Ambiental Goldman fue fundado en el año 1989 por la pareja de Richard y Rhoda H. Goldman con la intención de reconocer a la gente común que trabaja en sus comunidades para proteger y mejorar el ambiente.