El Banco de la República baja las tasas de interés a 11,75%
Un par de horas después de que el DANE anunciara el aumento del desempleo en Colombia, la junta directiva del Banco de la República ha anunciado este martes un segundo recorte consecutivo de 50 puntos básicos al precio del dinero, al ubicar la tasa de interés de referencia en un 11,75%. Se trata de la tercera reducción en línea desde noviembre pasado. También una decisión muy esperada desde el Gobierno y sectores empresariales que han exigido ajustes más pronunciados de hasta un punto porcentual para reactivar la economía. Pero mientras la desaceleración avanza con dificultades latentes para los colombianos, la meta del 3% en inflación aún se ubica en un lejano 7,36% anual.
Hoy los conceptos de inflación y tipos de interés están íntimamente ligados. Por eso el banco central, en cabeza del gerente Leonardo Villar, ha optado por continuar con un descenso mesurado pero sostenido de los tipos de interés, que se ve reflejado en el costo de los créditos, mientras el banco controla con mayor nitidez el costo de la vida en Colombia. Villar lo ha repetido en diversas intervenciones, y es consciente de que la receta conlleva sacrificios para una economía que se va deteriorando en todos sus indicadores como en cámara lenta.
Desde principios de este año se daba por hecho que la fase de recortes en la política de tasas del banco se iría acentuando con el correr de los meses. Pero a pesar de que la reducción de la inflación ha surtido efecto, a un ritmo constante durante los últimos 12 meses, las últimas noticias económicas desde Estados Unidos, donde la inflación no termina de ceder en medio de una economía que marcha muy bien, invitan a la prudencia. Se trata de una señal suficiente para que la mayoría de entre los siete miembros hayan decidido hoy aplazar un recorte mayor.
El terreno es complejo. Y con evidentes matices de por medio, constituye una realidad que plantea múltiples dilemas por igual para los responsables de los bancos centrales en Bruselas, Washington, Londres o Bogotá. En el caso colombiano los consumidores han dejado de gastar, el desempleo ha escalado hasta el 11,3%, después de haber cerrado 2023 en 10%, y la inversión aún no coge tracción. Los economistas evidencian que en el mundo pospandemia los peligros son múltiples y aún impredecibles. Basta con citar el impacto de la posible llegada del fenómeno de La Niña, que con sus lluvias extremas promete afectar la vida en las zonas rurales y los precios de los alimentos de la misma forma en que ya lo hicieron las sequías de su crisis en la esquina opuesta: El Niño.
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