La verdad detrás de los “anillos de hadas” formados por hongos: su vínculo con lo mágico y …
Descubrir un círculo de hongos durante un paseo por montañas o valles puede parecer el inicio de una aventura mágica o una desafortunada caída en desgracia, según las antiguas creencias. Más allá de la fascinación y el misterio que estos anillos de hadas evocaron a lo largo del tiempo, hay una explicación científica.
Las leyendas sugieren que encontrarse con estos anillos de hadas podría resultar en maldiciones, encuentros con sapos gigantes o incluso el secuestro por seres feéricos que te obligan a bailar hasta el agotamiento. Contrario a lo que las historias puedan decir, los anillos de hadas son el resultado de un proceso natural fascinante.
Se forman por el crecimiento de una espora de hongo que se convierte en micelio, estructura de los hongos de apariencia similar a una raíz, que extiende una red de hifas (filamento) bajo el suelo hasta formar un círculo casi perfecto de hongos en la superficie. Este fenómeno, que se puede observar principalmente en pastizales y bosques, es tanto un espectáculo visual como un testimonio de la complejidad de la vida fúngica.
Maurizio Zotti, micólogo y ecólogo de comunidades de suelos de la Universidad Federico II de Nápoles, advirtió en National Geographic de la singularidad de los anillos de hadas. Entiende que su formación es el resultado de la fusión de dos micelios en uno: “Derriten sus núcleos y luego viven el resto de su vida con un núcleo dividido. Esto es bastante sorprendente porque son capaces de encender y apagar un núcleo diferente de cada célula para adaptarse a cualquier condición ambiental”.
La formación circular de los anillos es una cuestión estética y ayuda a aumentar la resistencia de los hongos ante posibles patógenos. El desarrollo de los anillos de hadas, según Zotti, depende de la homogeneidad del suelo. A pesar de los avances en nuestro entendimiento de estos organismos, todavía hay misterios por resolver. El micólogo y ecólogo trabaja en un modelo predictivo para comprender mejor su comportamiento y distribución.
Las culturas de todo el mundo estuvieron fascinadas con los anillos de hadas, y se les atribuyeron orígenes sobrenaturales. En Europa, África, América del Norte y Japón, estos fenómenos alimentaron una rica veta de folclore y mitología.
Barbara Hillers, profesora en la Universidad de Indiana en Bloomington, describe cómo se vincula lo sobrenatural con fenómenos inusuales o antinaturales en el paisaje: “Dado que las hadas son los agentes sobrenaturales por excelencia en el mundo gaélico, casi inevitablemente se las asociaría con fenómenos extraños, ‘antinaturales’ o inexplicables en el paisaje. Por lo tanto, tiene mucho sentido que los anillos de hongos se asocian con las hadas como una especie de dispositivo explicativo etiológico”.
El interés en los anillos de hadas no es meramente académico o folclórico. Zotti señala que la construcción en áreas con estos anillos puede tener ventajas prácticas, tales como la prevención de problemas de humedad en los cimientos de las construcciones, debido a la capacidad de drenaje del suelo mejorada por la actividad fúngica.
Los pastores holandeses, por otro lado, notaron que la manteca producida por vacas que pastan en áreas con anillos de hadas puede adquirir un sabor amargo, un efecto secundario de las sustancias químicas liberadas por ciertas plantas que crecen dentro de estos círculos.
La importancia de los hongos, y por extensión de los anillos de hadas, en la biodiversidad y en el equilibrio químico del suelo es crucial. Jonny Dillon, archivero de la Colección Nacional de Folclore Irlandés de la University College Dublin, preponderó la importancia de los hongos en los ciclos de la naturaleza: “Los hongos son los grandes recicladores de la naturaleza y representan maravillosamente los ciclos interconectados de decadencia, regeneración y renacimiento que sustentan nuestro mundo”.
Mientras que Zotti afirmó: “La importancia de los hongos en la regulación del ciclo biogeoquímico, la descomposición de la materia orgánica y la restauración de nutrientes es absolutamente crucial para el medio ambiente”.