Lluvias en Río Grande del Sur afectaron a 8.000 indígenas
Las lluvias que azotaron Río Grande del Sur en los últimos días han afectado a 8 mil indígenas en 80 comunidades repartidas por diferentes regiones del estado, según datos de la autoridad indígena nacional de Brasil, Funai, y de asociaciones indígenas. Se informa de la destrucción de aldeas por las inundaciones, además de la evacuación de personas y el aislamiento debido a las carreteras dañadas.
Según las asociaciones, las comunidades guaraníes Mbya, Kaingang, Xokleng y Charrua de unos 50 municipios se han visto afectadas.
Entre las más afectadas se encuentran seis comunidades guaraníes situadas en la región metropolitana de Porto Alegre. «La lluvia ha dañado muchas cosas en las aldeas. La gente ha perdido sus casas, colchones, cubiertos y ollas. Lo han perdido todo. Las aldeas estaban bajo el agua», dijo el jefe Helio Fernandes, de la aldea guaraní Guyra Nhendu, en Maquiné, en la costa norte.
Los habitantes de tres aldeas guaraníes de Viamão, así como de comunidades de Barra do Ribeiro, Eldorado del Sur y Porto Alegre, agregó, tuvieron que abandonar la zona y ahora están refugiados en escuelas. «No pueden volver a las aldeas porque allí todo quedó destruido», señaló.
No es la primera vez que algunos de estos pueblos sufren las consecuencias de las lluvias. «Hace un mes hubo otra inundación que arrasó casas», afirmó el líder guaraní.
Marciano Rodrigues, de la Articulación de Pueblos Indígenas de la Región Sur (Arpinsul), explicó que muchas de estas aldeas se encuentran en zonas no demarcadas y carecen de infraestructuras adecuadas. «La mayoría está en una situación realmente vulnerable. No tienen buenas casas. Algunas son alojamientos improvisados, por lo que los daños acaban siendo mucho mayores».
Roberto Liebgott, misionero del Consejo Indigenista Misionero (Cimi), dijo que los agentes del gobierno deben recibir todo el apoyo necesario para llegar a las regiones aisladas.
«Todas las comunidades indígenas que tienen reserva de alimentos la agotaron esta semana. Ahora necesitan la entrega inmediata de alimentos básicos, lo que las organizaciones no lucrativas no pueden hacer por falta de material y recursos. No tenemos la logística», dijo Liebgott. «Tenemos todo el estado cortado, no se puede ir de un sitio a otro. Solo las fuerzas estatales pueden desplazarse, por barco o por aire».
En un comunicado, la Funai dijo que ha estado trabajando para integrar a las instituciones públicas y tratar de incorporar los problemas de las comunidades indígenas en los esfuerzos de los gobiernos municipal, estatal y federal.