Sobre una columna y la minería ilegal – El Espectador
Respuesta a una columna
Doctora María Teresa Ronderos,
Es escandalosa la remuneración de Elon Musk, como usted menciona en su columna, pero fue aprobada dos veces mayoritariamente por los accionistas de Tesla. Es horrible que Tesla y Amazon les nieguen a los trabajadores el derecho a sindicalizarse.
Todo eso es cierto, pero luego uno se pregunta si no es ese capitalismo salvaje el que hace que el desempleo en Estados Unidos sea muy bajo, si no son esos excesos que premian a Jeff Bezos y Elon Musk los que de alguna manera crean oportunidades para miles de colombianos que emigran irregularmente porque en EE. UU. tienen mejores oportunidades laborales.
Tenemos hace dos años un presidente de izquierda y me pregunto por qué no mejoran las oportunidades de empleo. El presidente Petro no es un capitalista como Elon Musk. ¿Por qué no logra que haya en el país empleo bien remunerado? La conclusión, aunque a uno personalmente no le guste, es que esos excesos del capitalismo son los que hacen que la economía de EE. UU. sea la más fuerte. Y que ningún otro experimento en el mundo le dé a personas sin título profesional la posibilidad de un nivel de vida que no se consigue en Colombia con salario mínimo de $1′300.000.
Aquí en Colombia siguen enriqueciéndose los cacaos y hay desempleo. En EE. UU. hay magnates mucho más ricos, pero abunda el trabajo que permite vivir mejor que en Colombia.
Me gustaría saber en qué países se logró abundancia de oportunidades de empleo.
Pedro Pablo Díaz
Minas de muerte
Como colombiano, uno no acaba de entender cómo se manejan las cosas y los eventos de forma tan atolondrada. Se está anunciando a Colombia como sede de la COP 16, e invita, con la mayor frescura, quien seguramente presidirá localmente el evento. Sin embargo, en temas de Ambiente, Sostenibilidad y “Potencia de vida”, vamos, como se dice, “detrás de la ambulancia”, una realidad bien conocida a nivel internacional y que puede atraer no pocos reclamos.
La ministra Susana Muhamad debe enfrentar al presidente para exigir el cese inmediato de la minería ilegal, que está dejando una estela de muerte en las aguas, afectando a todo lo que bebe de ellas, incluyendo a los mineros y sus familias. Cuando se habla de muerte, es porque el envenenamiento con mercurio trae, además, un trastorno irreversible en la estructura del ADN de todos los seres vivos que beben de esas aguas contaminadas: desde mariposas e insectos hasta las etnias de la región afectada, con efectos residuales graves aguas abajo. Sencillamente, se está dando un genocidio lento pero puntual para las etnias afectadas y todo ser viviente. Ya vemos cómo ruedan estas denuncias por las redes y la ministra… ¡muy bien, gracias! Esto ocurre mientras ya se advierte de la contaminación de las aguas que surten el acueducto de Cali y Buenaventura. ¿Y qué decir de la tierra arrasada que va quedando como la superficie estéril del planeta Marte, con daños residuales de los que su ministerio está plenamente informado? Algún colombiano debe denunciarlo porque simplemente no deseamos la tragedia del Arco Minero de Venezuela ni lo que sucede en las minas de Brasil.
¿Realmente somos Potencia de vida?
Luis Cediel
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