Dorsey, el CEO de Twitter que da un paso al costado
De cabeza rapada, larga barba y un anillo en la nariz, la imagen de Jack Dorsey es la de un gurú de alguna oscura secta religiosa. Sin embargo, este hombre nacido en St. Louis (Missouri) hace 45 años, tiene una fortuna estimada en 11.800 millones de dólares y hasta ayer lunes era el CEO de Twitter.
“Después de casi 16 años con cargos en nuestra compañía… desde cofundador hasta CEO, presidente, presidente ejecutivo, CEO en funciones y CEO… he decidido que ya es hora de irme”, anunció Dorsey en una nota en la que delineó así su irregular trayectoria en Twitter, divulgada pocos minutos antes de la apertura de las operaciones en Wall Street.
Su lugar será ocupado a partir de ahora por el jefe tecnológico de en Twitter, Parag Agrawal, designado por unanimidad por la junta directiva de la red social. También designó un nuevo presidente independiente de la junta, Bret Taylor, confundador de Google Maps y jefe de operaciones de Salesforce.
Dorsey es uno de los cuatro cofundadores de Twitter en 2006. Los otros son Noah Glass, Biz Stone y Evan Williams.
La idea era contar con una herramienta de comunicación entre amigos, y tal vez nunca imaginaron que se transformaría en un poderoso foro público global, en el que cualquiera, desde los hombres más poderosos de la tierra hasta simples ciudadanos, se siente libres de decir lo que quiera.
Esta no es la primera vez que Dorsey deja el máximo cargo en Twitter. Fue apartado de la junta directiva en los inicios de la red social, en 2008, por dividir su tiempo entre demasiados proyectos y pasiones; le instaron a “ser diseñador de moda o el CEO de Twitter”.
Pero permanecer en un segundo plano no era lo suyo. En 2009, el empresario fundó la firma de pagos digitales Square -en la que sigue ejerciendo de consejero delegado-, y en los últimos años ha ganado notoriedad por su estilo de vida bohemio, con retiros espirituales al desierto o ayunos extremos, y por su defensa de las criptomonedas, consolidándose en una figura emblemática en el mundo de internet.
Volvió a ser nombrado CEO de Twitter en 2015, pero en 2020 su cargo se vio amenazado otra vez cuando la firma de inversiones Elliot Management lanzó una campaña para que lo reemplazaran después de anunciar que se mudaría a África y compaginaría desde allí su trabajo en la plataforma con el de Square.
Finalmente, Twitter llegó a un acuerdo con Elliot, que controla un 4% del capital de la empresa, para que Dorsey siguiera siendo el líder y este rechazó viajar a África después de desatarse la pandemia del coronavirus.
Su última etapa al frente de la red social coincidió con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El uso que el entonces presidente estadounidense hizo de la red social desató todo tipo de polémicas y fuertes tensiones con los inversores.
El punto de mayor tensión fue la suspensión permanente de la cuenta de Trump en enero de 2021, luego del asalto al Capitolio por parte de una turba que quería impedir la certificación del triunfo electoral del demócrata Joe Biden.
Sin embargo, Dorsey argumenta que se va porque quiere priorizar su compañía “por encima de su ego” y cree que seguir en la cúpula conduciría al “fracaso”.
Dorsey permanecerá en la junta directiva de Twitter hasta que expire su mandato, cerca de mayo de 2022, “para ayudar a Parag (Agrawal) y Bret (Taylor) con la transición”.
“Creo que es esencial que una compañía pueda levantarse por sí sola, libre de la influencia o dirección de su fundador”, insistió.
Dorsey deja a la firma con una cartera de 211 millones de usuarios diarios, considerados “monetizables”, es decir, expuestos a la publicidad en la plataforma del pajarito azul.
“Estamos en camino para dejar 2021 como una sociedad más enfocada, con prioridades más claras”, había dicho Dorsey en la última conferencia para presentar los resultados de la firma, a fines de octubre.