¿Desierto mojado? Septiembre podría ser sorprendentemente húmedo en el Sáhara
El inicio de septiembre podría traer consigo un fenómeno meteorológico inusual. La Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), responsable de las ondas tropicales del este que a menudo originan huracanes en el Atlántico, se encuentra desplazada hacia el norte. Este desplazamiento podría hacer que septiembre sea excepcionalmente húmedo en el Sáhara.
Menos huracanes en el Atlántico, más lluvias en el Sáhara
La atmósfera es un sistema interconectado. La ZCIT es una zona que se mueve a lo largo del año entre el norte y el sur del Ecuador. Al final del verano en el hemisferio norte, la ZCIT alcanza su posición más al norte, mientras que en el hemisferio sur ocurre lo contrario.
Este año, sin embargo, la ZCIT se ha desplazado aún más al norte de lo habitual. Como resultado, las ondas tropicales del este, que suelen dar origen a huracanes, están emergiendo en el Atlántico más al norte de lo normal.
Dado que las condiciones en esta región no son tan propicias para la formación de ciclones, esto podría ser uno de los factores que explican la baja actividad ciclónica de esta temporada.
Otra consecuencia de este desplazamiento es que las lluvias están ocurriendo más al norte. ¿Y qué encontramos al norte del Ecuador? Exacto: el desierto del Sáhara.
Por lo tanto, en los próximos días, se esperan lluvias intensas y excepcionales en amplias áreas del desierto, con acumulaciones que podrían ser las más altas registradas en algunas de estas zonas.
Esta anomalía podría afectar a España
Las previsiones para la próxima semana sugieren que una masa de aire húmedo significativa podría «descolgarse» de la ZCIT y moverse hacia el norte, atravesando el desierto del Sáhara occidental. En su trayecto, esta masa dejará lluvias intensas en regiones de Mauritania, Malí, Argelia y Marruecos.
Lo más relevante para España es que esta masa de aire extremadamente húmedo (con hasta el doble de humedad que la que normalmente afecta a la región) podría continuar su trayecto hacia la península ibérica y el Mediterráneo.
Si este escenario se materializa y coincide con algún mecanismo que genere inestabilidad (como una DANA), podríamos enfrentarnos a un nuevo episodio de lluvias significativas. No obstante, esto es solo una posibilidad entre muchas, y no una previsión definitiva.
Más allá de esto, es importante destacar que esta inestabilidad sobre el Sáhara podría provocar un descenso significativo de las temperaturas en la región, acelerando el enfriamiento del área al final del verano y comienzo del otoño.