Defender el medio ambiente de Almería tiene premio | Ideal
Los Premios Duna del Grupo Ecologista Mediterráneo cumplen 36 años desde que, en 1986, fueran instituidos como un reconocimiento a personas, colectivos, empresas o instituciones por su contribución a la defensa del medio ambiente almeriense, la correcta gestión de los recursos naturales y la búsqueda de modelos de desarrollo sostenible. Como cada año desde entonces, la elección se da a conocer en la festividad de los Reyes Magos, porque premian actitudes y compromisos y porque, desde su inicio, incluyen también la ‘Mención Carbón’, que señala a quienes, con su actividad o su posicionamiento, ponen en riesgo los valores ambientales o los relacionados con la defensa del entorno almeriense, el patrimonio o la biodiversidad.
En la asamblea celebrada en diciembre se eligieron, de entre las candidaturas presentadas por los socios del GEM, los tres premios de esta edición, vinculados con iniciativas que tienen que ver con la defensa de la agricultura ‘regenerativa’ que busca recuperar suelos degradados, la apuesta por la restauración del bosque mediterráneo o la batalla planteada contra megaproyectos fotovoltaicos y sus grandes redes de evacuación en zonas especialmente sensibles a los impactos ambientales.
Asociación AlVelAl
La organización AlVelAl (Alto Almanzora, Los Vélez y Altiplano Granadino) de pequeños agricultores de comarcas del interior surgió ante el empeño por cohesionar el territorio y promocionar una economía que genere empleo en el medio rural, desde la premisa de favorecer un entorno donde la biodiversidad, la fertilidad de los suelos o la gestión racional del agua jueguen un papel determinante en el camino de la sostenibilidad. A esa tarea se han sumado agricultores, ganaderos, empresarios de varios sectores.
Comerciantes, investigadores y ciudadanos que trabajan por el respeto al medio natural, el patrimonio común o la cultura. Al final se trata de frenar el despoblamiento, la desertificación o la falta de oportunidades de estas zonas. Entre sus objetivos, avanzar hacia una agricultura regenerativa que no suponga el deterioro de las condiciones ambientales de comarcas que se sienten orgullosas de su pasado y esperanzadas en un futuro mejor y más sostenible.
Zaida Ruiz Bonet, promotora del proyecto ‘Bosque’
En 2018 puso en marcha el proyecto Bosque para la restauración del bosque mediterráneo en el Parque Natural de Sierra Nevada, desde el municipio de Almócita.
En él une la búsqueda de empresas que, a través de la responsabilidad social corporativa, financian los árboles autóctonos y su plantación, con la actividad de los habitantes de Almócita en la plantación, procurándoles trabajo.
El gran objetivo es convertirse en un proyecto piloto contra la desertificación y la despoblación de las áreas rurales de la provincia, y al mismo tiempo aportar esa acción decidida para incrementar los sumideros de dióxido de carbono y, con ello, mitigar el cambio climático, la gran amenaza para el planeta. Uno de sus lemas más es «recuperar bosques para recuperar pueblos».
Claudia Scholler
Lidera la plataforma de protección del valle de Lucainena de Las Torres y su Vía Verde, que se enfrenta a auténticos gigantes energéticos y financieros para tratar de impedir que los megaproyectos de parques solares, eólicos o de redes de alta tensión se lleven por delante un espacio natural de singular belleza y de gran biodiversidad, su calidad agrícola y turística, la espectacularidad de sus paisajes que le llevaron a estar considerado uno de os pueblos más bonitos de España.
La Plataforma defiende la necesidad de apostar por las energías renovables , pero apela y defiende modelos que lleven aparejado un respeto ambiental y paisajístico del entorno y de las personas que residen en Lucainena de la Torres, como el autoconsumo o las comunidades energéticas que produzcan donde se consume y así no se precisen potentes infraestructuras de transporte eléctrico.
Carbón para el alcalde de Carboneras, Cosentino y la Junta
El ‘Carbón’ lo comparten el alcalde de Carboneras por desoír los dictámenes judiciales sobre El Algarrobico y la familia Cosentino, junto a la Junta de Andalucía, por su inacción, por apostar por un modelo urbanístico ambiental y socialmente insostenible materializado en el proyecto de urbanizar 176 hectáreas con campo de golf de 18 hoyos incluido en Pechina (Termalia golf), unido a su reciente iniciativa para potenciar la urbanización de Macenas, cerca del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar, dentro del Lugar de Interés Comunitario de Sierra Cabrera-Bédar, y que por su impacto en un espacio protegido no se debería haber permitido.