Juan Arturo Brennan: Música para mentes atribuladas
L
a principal actividad profesional de Israel Castillo Hernández es tocar la viola da gamba, cuyos secretos aprendió primero en México y después en los Países Bajos, donde obtuvo su maestría en ese evocativo instrumento antiguo. Pero no es su única vocación: además, ha dedicado años y esfuerzos y trabajo a investigar vías alternas (más allá de los recitales y conciertos convencionales) para poner de relieve a la música como vehículo de comunicación y, sobre todo, como ente cohesivo entre los individuos de la sociedad. Uno de estos proyectos suyos, de especial relevancia, está designado como Música y demencia en México: Nuevas prácticas para el bienestar de las personas mayores. En reciente coloquio a distancia, Israel Castillo me informa de los elementos básicos de este proyecto.
El germen del asunto: Inglaterra, hace tres décadas, con Linda Rose y su proyecto Music for Life (Música para la vida, o también Música para toda la vida). El resultado: una serie de actividades musicales para personas con demencia y su círculo familiar-social, que aún se lleva a cabo en el Wigmore Hall de Londres. Años después, el proyecto llega a los Países Bajos, donde Israel Castillo, durante sus estudios musicales, tiene la posibilidad de conocerlo, y se afilia a la idea de la posibilidad de que el músico intérprete realice actividades con un enfoque auténticamente comunitario. Castillo se involucra (desde hace 11 años) en diversas actividades relativas a esta idea, y en los últimos cinco hace diversos intentos de extender el proyecto a México. Recientemente, ocurre una importante colaboración con el INGER (Instituto Nacional de Geriatría), instancia que entre otras cosas diseña políticas públicas para la atención de los adultos mayores en México.
En términos prácticos, Israel Castillo y los intérpretes que con él colaboran realizan lo que se conoce como improvisación relacional, en la que la motivación fundamental es la persona que está frente al músico que improvisa, cosa que requiere un entrenamiento adicional muy específico. Se trata, además, de involucrar en estos procesos a las personas cuidadoras y a los familiares cercanos de los adultos mayores con demencia. Además del propio Castillo y su viola da gamba, participan en las sesiones de improvisación Mauricio Ceballos y su violín, Mélodie Michel con su fagot y su bajón, Gabriela Orta y sus percusiones, y Josafat Larios con las suyas. El formato de las improvisaciones puede cambiar según necesidades específicas: un músico ante un paciente, o ante varios a la vez; todo el grupo frente a varias personas con demencia, o ante sólo una. Dato importante, el hecho de que este interesante proyecto se inserta orgánicamente en el contexto del plan de atención integral que el INGER ha diseñado (y que practica con rigor) para sus pacientes.
Una contribución de capital importancia para la puesta en marcha y continuidad de este proyecto es la realizada por la embajada de los Países Bajos, producto de una convocatoria abierta en la que el proyecto de Castillo resultó elegido por sus méritos tanto artísticos como sociales. Al inicio de este año, con ayuda de los fondos neerlandeses y de otras contribuciones privadas, Castillo logró realizar tres intervenciones prácticas surgidas de la base teórica de su proyecto, en Alzheimer México IAP y en el INGER. Como resultado y continuidad, en este verano que ya comienza se llevarán a cabo de manera más sistemática en el INGER cuatro proyectos, de ocho semanas cada uno, que además de sus resultados directos generarán el primer estudio clínico, cualitativo y musical realizado en el mundo sobre los efectos de la improvisación en personas que viven con demencia. Después de cierto tiempo, se realizarán cuatro proyectos complementarios, y de la comparación y análisis de ambas series se obtendrán conclusiones que ayudarán a modular las etapas siguientes del plan general de Música y Demencia en México. Castillo y sus colaboradores esperan que de la evidencia científica recopilada de estos primeros ciclos de improvisación relacional surjan las condiciones para llevar el proyecto a otras localidades del país, enfatizando uno de los pilares importantes del concepto, que es la conciencia de que este proyecto tiene, también, un componente formativo relevante.