Telefónica lanza su mercado de ‘tokens’ (NFT) tras invertir en la startup Bit2me
Telefónica quiere experimentar con todas las nuevas tecnologías en esta nueva ola de innovación. Después de invertir en Bit2Me, la plataforma de intercambio de criptomonedas, y de comprar un estudio creador de experiencias en el metaverso, la operadora española ha lanzado su propio mercado de venta de lo que se conoce como ‘tokens no fungibles’ (NFT por sus siglas en inglés), es decir, un activo digital único validado con la tecnología blockchain. En la puesta de largo han sacado a la venta varias colecciones de productos exclusivos, como textos inéditos de Arturo Pérez-Reverte, dibujos de Javier Mariscal o ilustraciones con frases de letras de canciones del rapero Chojín. Es el estreno del grupo en un sector en alza.
Este movimiento ya lleva tiempo fraguándose en la compañía. A principios de este año, se presentó una experiencia con una colección de NFTs en colaboración con el BulliFoundation creada por el cocinero Ferrán Adriá. Ahora, meses después lanza una plataforma completa para la creación y venta de arte digital, donde estarán alojadas las obras en exclusiva de artistas y otros creadores. ¿El funcionamiento? Como el de otros ‘marketplace’: el usuario necesita contar con un monedero (wallet en inglés) con una criptomoneda concreta: Matic, de Polygon. Esta servirá para comprar los activos digitales certificados digitalmente como exclusivos.
La primera gran colección que pone a la venta en este ‘marketplace’ es una benéfica. Con ayuda de la Fundación Telefónica, se exhiben NFTs creados por Javier Mariscal en colaboración con la Fundación World Vision para recaudar fondos y ayudar a las personas afectadas por la guerra. A esta colección se suman otras tres relevantes: lienzos con frases de letras de canciones de Chojín -no sólo el activo digital sino también un lienzo físico-, cuentos cortos exclusivos del novelista español Arturo Pérez-Reverte y también de Juan Luis Cano, cofundador de Gomespuma. El objetivo es incrementar poco a poco la base de obras a distribuir a través de este mercado. El precio tope de venta rondará los 100 euros para toda la tienda.
En palabras del responsable del área digital del grupo Telefónica, Chema Alonso, se trata de «una prueba». Un primer paso para internarse en el mundo de la compraventa de NFTs que mueve cientos de millones en todo el mundo. Hoy entre los ‘marketplaces’ más grandes del sector despunta OpenSea -valorado en más de 13.000 millones de euros en la última ronda de financiación-. Este movimiento de la operadora llega, precisamente, en un momento en el que ha habido una dura corrección en el mercado con un importante pinchazo de valoraciones de esos activos. Estos ‘tokens’ no fungibles pueden también ser vendidos a terceros.
En este terreno aún quedan muchos retos vinculados, por ejemplo, a la autoría de esos activos y a la regulación alrededor de la misma. Por eso, la teleco busca también liderar los cambios en este terreno. Así, según Alonso, trabajan con el Colegio de Registradores en España para analizar cómo puede ser la mejor manera de registrar quién es el dueño de estos nuevos ‘productos’ digitales. El otro gran reto está relacionado con la protección de estos activos en el mundo virtual, para que si alguien lo utiliza tú puedas exigir el pago. Ahí se exploran soluciones, pero sin ninguna aún consolidada.
La irrupción de Telefónica en los NFT con su propio mercado llega meses después de un pinchazo de este sector con una fuerte corrección de valoración de estos activos digitales
Al margen de los NFTs, Telefónica también ha querido apostar más fuerte por las criptomonedas. Lo hace a través de la entrada como ‘inversor ancla’ dentro de Bit2Me, plataforma que, entre otros servicios, ofrece la posibilidad de intercambiar estas divisas. Las negociaciones estaban en su fase final, como adelantó La Información hace unos días. Este jueves, en el marco del Telefónica Metaverse Day, Alonso ha anunciado que se ha firmado el acuerdo para invertir aunque sin desvelar cantidades. Las mismas fuentes afirman que la inversión total en la ronda -en la que la operadora lideraría- ascendería a un tope de 30 millones. De esta forma se convierte en socio clave de uno de sus proveedores en un nuevo experimento: el cobro en ‘criptos’ en su tienda de tecnología (móviles, portátiles, tablets) Tu.com. Su pasarela servirá para cambiar las divisas en euros.
No ha sido la única inversión. En ese mismo evento confirmaron la compra de Imascono, compañía especializada en el desarrollo de experiencias en el metaverso. De esta forma, la operadora busca incorporar la capacidad para desarrollar sus propias experiencias, así como para clientes corporativos. El precio no se ha desvelado. Sí que se ha confirmado que se incorporará a la plantilla de unas 25 personas a la división digital de Telefónica. En las últimas semanas o meses, desde la aceleradora de startups del grupo, Wayra, se ha invertido en varias compañías: MetaSoccer, primer metaverso del fútbol; Crossmint, una herramienta que permite a los creadores de NFT aceptar pagos a través de tarjeta, o Matsuko, que desarrolla videoconferencias holográficas (en tres dimensiones) desde el móvil.
Prudencia en Telefónica
Pese a todos estos avances, la compañía se quiere andar con pies de plomo. Tal y como reconocía la responsable de todos los proyectos vinculados a web3 y metaverso en Telefónica, Yaiza Rubio, existen algunas preocupaciones sobre esta tecnología tan incipiente que deberán despejarse. Entre ellas la brecha digital con personas mayores o sin acceso a internet de alta velocidad; la gestión de la ingente cantidad de datos que generan estas actividades; la gobernanza en estos mundos virtuales y desentralizados, o el impacto en el medio ambiente de estas herramientas.
En base a esa prudencia, la operadora no quiere dar más pasos ‘extra’. Por ejemplo, abren la puerta a custodiar directamente criptomonedas -aceptar pagos con estas divisas pero sin cambiar a euros con una pasarela de pagos- pero en el futuro. Sucede algo similar a crear un propio ‘token’ o criptomoneda de la empresa. Alonso lo justifica en que es necesario que exista una regulación específica para evitar sobresaltos.